La idea de que estamos formados por polvo de estrellas ha estado en el imaginario colectivo desde hace unas décadas, desde que Carl Sagan soltara al aire la asombrosa frase que dice que “el cosmos está también dentro de nosotros. Estamos hechos de la misma sustancia que las estrellas”. Y aunque pareciera pura poesía científica, lo cierto es que Sagan sabía de lo que hablaba; los elementos esenciales de la vida fueron creados hace miles de millones de años con los estallidos de las supernovas.
La innegable conexión con el cosmos
Mirar hacia el cielo nocturno nos abre todo un mundo de posibilidades en la imaginación, el hecho de sentirse conectado a la inmensidad del vacío que nos circunda, es una de las experiencias más extraordinarias que podemos vivir. La estructura mental se rompe ante la incapacidad de comprender cómo es que existe un Universo infinito del que formamos parte en este Sistema Solar tan recóndito. Y de pronto, el vacío existencial y el sentido de vida se unen en una misma espiral dicotómica.

A esta experiencia se le suma el pensar que probablemente estamos hechos de polvo de estrellas; sí, estamos conectados al cosmos después de todo. La ciencia ha dado respaldo a estas aseveraciones en distintas ocasiones. En 2010, el profesor Chris Impey de astronomía de la Universidad de Arizona, afirmó categóricamente que toda la materia orgánica es producto de las interacciones estelares y por tanto, proviene de las estrellas.
En 2019 otra investigación reafirmó la idea de que estamos hechos de polvo de estrellas gracias a la observación del estallido de una supernova. Resultó que esta estrella que estalló hace 55 millones de años, no sólo es una de las más grandes que ha logrado ver la humanidad, sino que es la más rica en calcio de todas, por lo que se concluyó que el calcio del que están hechos nuestros huesos probablemente provino de dicha explosión.
97% de nuestro cuerpo es polvo de estrellas
Un análisis más reciente que obtuvo sus datos gracias al programa de exploración Sloan Digital Sky Survey, ha logrado detectar todos los elementos de la materia por excelencia que formaron la vida en la Tierra, en al menos 150 mil estrellas dentro de la Vía Láctea. El carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y sulfuro, que constituyen el 97% de la masa del cuerpo humano, provienen de la inmensidad del cosmos y por lo tanto, vuelve a reafirmarse la idea de que estamos hechos de polvo de estrellas.
“Por primera vez podemos estudiar la distribución de elementos a lo largo de la galaxia. Los elementos que medimos incluyen a los átomos que conforman el 97% de la masa del cuerpo humano” dijo Sten Hasselquist, de la Universidad Estatal de Nuevo México.
El Universo primigenio justo después del Big Bang, estaba constituido en su mayoría por hidrógeno y apenas una pequeña cantidad de helio, que fueron los responsables de formar las estrellas más primitivas del cosmos. Pero luego la magia comenzó a ocurrir y conforme los núcleos densos de las estrellas se calentaron, alcanzaron presiones inimaginables, el conjunto de condiciones entonces hizo que los átomos dentro de los núcleos fueran aplastados para luego formar elementos más complejos. De esta forma, el hidrógeno se transformó en helio, luego este mutó hasta convertirse en carbono y así sucesivamente hasta formar todos los elementos de los que ahora estamos constituidos.
Después de todo, Carl Sagan siempre tuvo razón y las investigaciones lo comprueban. Por más poético e ilusorio que suene, la idea de que estamos formados por polvo de estrellas es tan real como el cosmos mismo.