Para muchos Carl Sagan fue su primer acercamiento con el Universo y sus misterios. Capaz de entretejer las ideas más complejas de la ciencia con la grandiosa imaginación y la poesía cósmica, nos mostró mundos que poco pudimos haber entendido de no haber sido por él. Preparó el camino a otras mentes brillantes que han seguido sus pasos de la divulgación científica. Su manera de pensar transformó el mundo y nos dejó un gran legado con sus obras. En ellas, Carl Sagan además de explorar el cosmos, también indaga en la mente humana y en cómo transformaría a la humanidad el contacto extraterrestre.
Entre las obras de Sagan, no sólo podemos encontrar los más fabulosos planteamientos científicos. Su peculiar estilo entremezcla la naturaleza humana y las cuestiones de la mente con el Universo. No sólo se interesó por la ciencia como una unidad aparte de la humanidad, sino que fue desde su humanidad que vislumbró el cosmos y cómo nos entrelazamos con él. Por esto no resulta raro que se cuestionara qué sucedería si en algún momento una civilización extraterrestre nos contactará. Su pensamiento al respecto podemos encontrarlo en su novela Contact, donde habla de una unificación terrícola, una muy positiva y alentadora.

Vincent Carroza
Las especulaciones de Sagan sobre el contacto extraterrestre rayan en lo esperanzador. Sus suposiciones dicen que un mensaje de raza extraterrestre tendría el efecto de revelar a la humanidad la locura de sus divisiones pueriles. Mismas que lejos de llevar a la humanidad hacia la gloria, la han dividido y volcado en contra de sí misma. No obstante, ante un escenario de tal magnitud, no quedaría otro camino más que aliarse entre los de la misma especie para seguir un camino de unificación.
Un punto pálido azul
La fotografía que en 1990 envío la Voyager 1 desde más allá de 6 millones de kilómetros y que muestra a nuestra Tierra desde la lejanía, fungió como inspiración para Sagan que tituló a una de sus obras Un punto pálido azul. En la imagen se puede apreciar del lado derecho muy cerca de la franja anaranjada, un pequeño destello de punto azul, que es nuestro planeta. Ese punto insignificante es nuestro hogar y Sagan pensó que mirarnos desde esta perspectiva podría surtir efecto en el egoísmo humano. Mirarnos desde la lejanía y casi reducidos a la nada lo cambia todo. A final del día sólo somos un punto azul pálido en la inmensidad del Universo. Qué gloria significaría el poder de mandar naciones en un planeta que es una célula más en el cosmos.
Carl Sagan especula que quizá el contacto extraterrestre, el saber que existe más vida inteligente allá en las afueras, nos ayudaría a replantear que no existen guerras justificadas ni razas divididas. Sagan no sólo fue un grandioso científico y divulgador de la ciencia, también un gran ser humano y su consejo es claro; nos insta a unirnos como miembros de una sola comunidad global. Después de todo, habitamos una infinitésima parte del cosmos y lo más cercano que tenemos es a nuestra propia humanidad.