Los templos sintoístas son un patrimonio cultural en diversos países asiáticos, pero quizá Japón se destaca como el que más turistas recibe al año en estos recintos sagrados. Entre sus templos hay uno que destaca porque está siendo remodelado por primera vez en 120 años tendrá un árbol de ciruelo en el techo, se trata del Santuario Dazaifu Tenmangu.
La leyenda del Santuario Dazaifu Tenmangu
El Santuario Dazaifu Tenmang, es un templo sintoísta en la prefectura de Fukuoka en Japón, es uno de los más antiguos de la región pues se cree que su primera piedra se colocó en el año 919. Está dedicado al kami Tenjin, que es la forma deidificada de Sugawara no Michizane, quien fuera un poeta japonés de la era Heian que abarca del 794 hasta el año 1185.
Según la leyenda del Santuario Dazaifu Tenmang, Michizane fue un acérrimo poeta que tenía el favor de los dioses, pero en una ocasión provocó la ira del clan Fujiwara por lo que fue desterrado y murió en solitario tras una larga vida de estudio. El poeta nunca dejó de extrañar su hogar y la leyenda cuenta que el árbol de ciruelo al que tanto amaba en su antiguo hogar, voló hasta el lugar donde fue enterrado para hacerle compañía.
Michizane fue enterrado en lo que hoy en día es Fukuoka y sobre su tumba se erigió el actual Santuario Dazaifu Tenmangu gracias a que se deidificó su figura y se convirtió en el dios del aprendizaje, un kami conocido como Tenjin.
El templo con un ciruelo en el techo
La firma Sou Fujimoto Architects será la encargada de restaurar el Santuario Dazaifu Tenmangu, luego de 120 años de que el templo no recibiera ningún tipo de remodelación. Es por esto que Sou Fujimoto tomó como inspiración la leyenda del ciruelo volador de Michizane y la convertirá en realidad; colocarán un jardín casi surrealista justo en el techo del templo.
En los techos inclinados del santuario, los arquitectos tienen planeado colocar un conjunto de vegetación para dar la apariencia de que está volando sobre el recinto, y por supuesto, el jardín incluirá el ciruelo volador del poeta. El proyecto espera impactar visualmente a sus visitantes, quienes podrán admirar cómo el paso de las estaciones deja huella en la atmósfera del santuario. Los ciruelos son árboles muy parecidos a los cerezos, al igual que sus congéneres florean durante la primavera con hermosas flores de colores blanquecinas y rosadas.
Se espera que la remodelación tardé cerca de tres años, pero una vez transcurrido este tiempo, los visitantes podrán revivir la leyenda de Michizane y su conexión inquebrantable con la poesía, así como con la naturaleza y en especial, su árbol de ciruelo.
