Supererupciones solares, una amenaza dentro de los próximos 100 años
Con la vista bien fija en las estrellas masivas más cercanas a nosotros, los astrofísicos han estado estudiando el impacto que tienen las supererupciones en sus planetas circundantes. Desde luego que la pregunta sobre si una erupción de este tipo se podría dar en nuestro Sistema Solar está en el aire y lo más seguro es que ya haya sucedido en el pasado cuando nuestro Sol era más joven, pero ¿qué causaría uno de estos estallidos violentos en la Tierra actual?
Tormentas solares en nuestro sistema planetario
El Sol es nuestra estrella anfitriona, el centro del Sistema Solar que mantiene a todos los planetas vecinos y también a la Tierra, atrapados dentro de su campo gravitacional. Pero al tratarse de una estrella, existen muchos enigmas que todavía no se han logrado resolver acerca de él.
Apenas estamos empezando a entender que se rige bajo un ciclo solar que parece tener dos fases, una de mayor actividad y una de calma. Durante la fase de mayor actividad, aparecen en el Sol manchas que emite grandes erupciones que liberan grandes cantidades de energía y plasma solar que se extienden por todo el sistema planetario.
Actualmente el Sol se encuentra en su ciclo solar número 25 y está entrando a la fase más activa, es por esto que constantemente escuchamos sobre llamaradas solares que liberan eyecciones de masa coronal (plasma solar) hacia sus alrededores y en algunas ocasiones, hacia la Tierra. Cuando esta energía llega hasta nuestro planeta, interacciona con el campo geomagnético y es cuando se producen las llamadas tormentas geomagnéticas.
Se trata de tormentas que no afectan la vida en el planeta, pues son en todo caso, muy pequeñas a comparación de las erupciones observadas desde estrellas masivas lejanas. Es por esto que los físicos solares se preguntan qué ocurriría si de pronto una supererupción solar fuera expulsada desde la superficie del Sol, cuáles serían sus efectos en la Tierra.
¿Qué son las supererupciones solares?
Las supererupciones o superfulguraciones solares, no son iguales a las que hemos visto hasta ahora desprenderse desde el Sol, sino que se trata de fenómenos mucho más grandes. Estas son erupciones masivas que ocurren en la superficie de una estrella y que son capaces de liberar ráfagas de energía colosales, son tan grandes que se les puede observar a años luz de distancia.
Se les descubrió por primera vez en 2009, cuando astrónomos descubrieron la existencia de las supererupciones gracias al Telescopio Espacial Kepler. En aquel momento se detectó una luz repentina y momentáneamente más estrepitosa que el brillo de una estrella. Hasta entonces no existía la incertidumbre de si una erupción solar de este tipo podría ocurrir en el Sistema Solar, pues los científicos las asociaron con estrellas mucho más jóvenes y activas que el Sol.
Sin embargo, una investigación reciente muestra cómo estas supererupciones podrían ocurrir también en estrellas más viejas y tranquilas como el Sol, aunque la posibilidades son más bajas. Según el artículo publicado en The Astrophysical Journal, podríamos experimentar un evento de esta magnitud en los próximos cien años, debido a que las supererupciones podrían presentarse en estrellas con las características del Sol, una vez cada mil años, por lo que la latencia de que ocurra una está presente.
“Estos resultados deberían ser una llamada de atención para la vida en nuestro planeta”, dice Yuta Notsu, autor principal de la investigación. “Si una superfulguración brotara del Sol, la Tierra probablemente se situaría en el camino de una onda de radiación de alta energía. Tal explosión podría interferir en los equipos electrónicos de todo el mundo, causando apagones y cortocircuitos en los satélites de comunicación en órbita. Nuestro estudio muestra que las erupciones son eventos raros, añade Notsu, pero existe la posibilidad de que podamos experimentar un evento de este tipo en los próximos 100 años”.
¿Qué ocasionaría una supererupción en la Tierra?
Existe un temor constante a las inclemencias que produce el Sol y al mal clima espacial que llega hasta nuestra atmósfera, pero cabe decir que ni siquiera una supererupción de esta magnitud podría ocasionar un peligro contundente para la existencia de la vida en la Tierra. “Si una superfulguración hubiera tenido lugar hace 1.000 años, probablemente apenas hubiera ocasionado ningún daño”, dice Notsu. Lo más probable es que se hubieran generado auroras boreales en sitios más cercanos al ecuador de lo que normalmente lo hacen.
No obstante, si una llamarada de este tipo se suscitara en tiempos actuales, la situación sería muy distinta. Hoy en día la humanidad tiene una dependencia muy grande a la tecnología y a la electrónica, utilizamos dispositivos electrónicos para prácticamente todo. Las comunicaciones satelitales, el sistema económico, las producciones industrializadas, los sistemas de administración de prácticamente todo, hoy en día se basan en la tecnología. Y aquí es donde podría ocurrir el mayor problema, pues una supererupción ocasionaría el colapso de las tecnologías electrónicas.
Referencias: Notsu, Y. Do Kepler Superflare Stars Really Include Slowly Rotating Sun-like Stars?—Results Using APO 3.5 m Telescope Spectroscopic Observations and Gaia-DR2 Data. The Astrophysical Journal.