Una fuga de un extraño líquido ha sido detectada en el lecho marino. Investigadores descubrieron que el cálido líquido que brota desde el fondo marino, es en realidad un ‘lubricante’ tectónico, y que sin él, la falla que habita debajo podría moverse.
Mientras investigadores de la Universidad de Washington realizaban una exploración, el sonar del barco en el que iban a bordo, mostró columnas de burbujas provenientes del lecho marino a unos 1,200 kilómetros por debajo de la superficie. Al momento de explorar más a profundidad con un robot submarino, se descubrió que el camino de burbujas era tan sólo un componente menor y que en realidad se trataba de una fuga de un líquido cálido y químicamente distinto que emanaba del sedimento marino.

El agujero en el fondo marino se sitúa cerca de la costa de Oregón, por lo que está exactamente sobre la parte superior de la falla de subducción de Cascadia. Esta falla marina ha sido una inquietud para los geólogos, ya que se trata de una potencial zona silenciosa de reacomodo de placas tectónicas.
La falla se extiende desde la isla de Vancouver, al oeste de Canadá, hasta el norte de California. El registro tectónico muestra que la falla de Cascadia produce megaterremotos -mayores a magnitudes 8- aproximadamente cada 500 años. El último de ellos ocurrió en 1700, según los registros.
Una fuga de lubricante tectónico
La extraña fuga de un líquido desconocido llamó la atención de los investigadores de la Universidad de Washington. Dijeron que el líquido salía del sedimento marino como si fuera “una manguera contra incendios”, un hecho nunca antes observado en las profundidades del océano.
Luego de analizar con más detenimiento la situación, comprendieron que se trataba de un líquido más cálido hasta 9ºC por encima de la temperatura promedio circundante. Los cálculos sugieren que el fluido proviene directamente del megaempuje de Cascadia, donde las temperaturas se estiman entre 150ºC y 250ºC, razón por la que llamaron a la fuga como el ‘Oasis de Pytha’.
Evan Solomon, investigador principal, dijo que el líquido contenía cantidades ‘extremas’ de boro y litio; y notablemente menos cloruro, potasio y magnesio. Gracias a la composición química, Solomon se percató de que podría tratarse de una especie de lubricante tectónico.

La fuga de fluido de la falla de Cascadia a través de estas hendiduras de deslizamiento es importante, porque disminuye la presión del fluido entre las partículas de sedimento y, por lo tanto, aumenta la fricción entre las placas oceánicas y continentales. Solomon explica que funciona como una mesa de hockey, “si la presión del fluido es alta, es como si el aire estuviera encendido, lo que significa que hay menos fricción y las dos placas pueden deslizarse. [Pero] si la presión del fluido es más baja, las dos placas se bloquearán; ahí es cuando se puede acumular tensión”.
El líquido extraño por lo tanto, funge como un lubricante tectónico entre ambas placas. Se encarga de mantener la presión alta entre ellas para que puedan deslizarse sin acumular tensión. No obstante, al perder parte de dicho lubricante, la fricción aumenta y con ello, el peligro de un sismo.
“Pythias Oasis proporciona una ventana rara a los procesos que actúan en las profundidades del fondo marino, y su química sugiere que este fluido proviene de cerca del límite de la placa”, dice la coautora Deborah Kelley. Hasta ahora no se han encontrado fugas similares a esta en otras regiones del océano, pero es posible que existan y que ayuden a comprender la dinámica de placas.
Referencias: Solomon, E. Fluid sources and overpressures within the central Cascadia Subduction Zone revealed by a warm, high-flux seafloor seep. Science Advances, 2023, DOI.