Por si alguna vez se ha preguntado quién es la persona más inteligente, algunos apuntan a que se trata del mismísimo Isaac Newton debido estas razones que puede leer aquí. Y no es para menos, gracias a él comprendemos la dinámica de movimiento de los cuerpos, la refracción de la luz y somos capaces de entender procesos complejos a través del cálculo diferencial e integral.
Pero esto no es todo lo que había en la mente del genio inglés, parece que la ciencia no le alcanzó para entender la compleja realidad y también se adentró en caminos más inclinados hacia la teología e incluso se sabe que era un hombre profundamente inmiscuido en la alquimia. Fue precisamente en estas dos últimas áreas en donde formó sus propias ideas sobre el fin del mundo, que fechó para el 2060.
Es bien sabido que Newton es el padre de la física y que sus aportaciones, sentaron las bases de la ciencia moderna en el siglo XVII. Pero poco se habla sobre los intereses menos científicos del matemático inglés, quien también estuvo fuertemente ligado a la interpretación de la Biblia desde una perspectiva protestante y pasó horas estudiando alquimia, el arte oculta que buscaba la transformación de los metales en oro.
Bajo estas dos influencias, Newton intentó predecir el fin del mundo. El matemático concluyó a principios del siglo XVIII que el fin del mundo ocurriría en el año 2060 o al menos eso es lo que se puede leer en una carta escrita en 1740 y que no estaba destinada a hacerse pública. El escrito también incluye cálculos matemáticos que según los expertos, coinciden con la tipografía de sus demás obras.
En el documento que ha sido confirmado que fue escrito por Isaac Newton, el matemático predice que el fin del mundo sería 1,260 años después de la fundación del Sacro Imperio Romano Germánico, este fue fundado en el año 800 d.C y por lo tanto, la fecha del fin del mundo según Newton, sería en el 2060.
Según la Universidad de Hebrea de Jerusalén, Newton habría evaluado versículos bíblicos le Libro de Daniel y el Apcalipsis para emitir su predicción. Puede que termine más tarde, pero no veo ninguna razón para que termine antes”, escribió el matemático a principios del siglo XVIII en el escrito que se conserva en los archivos de la Biblioteca Nacional de Israel desde 1969.
Documentos inéditos escritos por Isaac Newton
El manuscrito bien conservado donde Newton fecha el fin del mundo, forma parte de una serie de documentos inéditos en los que el genio se ocupaba de temas menos matemáticos y más apegados a las artes ocultas en aquel momento. En ellos se abordan áreas como la alquimia, la historia antigua, temas bíblicos e incluso profecías apocalípticas.
La mente de Isaac Newton era tan intrincada que al parecer no se limitó a una sola perspectiva, sino que incursionó en temas que hoy en día parecen estar peleados con la ciencia. Sin embargo, es muy probable que esto fuera resultado de su genialidad que veía oportunidades de conocimiento en todas partes. Es bien sabido que grandes pensadores como Albert Einstein y Carl Sagan, también han hablado en sentido espiritual.
Newton estaba convencido de que una sabiduría importante se escondía en los textos bíblicos y por esta razón, se dedicó a realizar interpretaciones del Libro de Daniel, que habla sobre visiones apocalípticas enfocadas en asuntos políticos.
La serie de manuscritos sobre alquimia y teología escritos por Isaac Newton, fueron subastados en Londres en 1963. Más tarde el economista John Maynard Keynes, donó gran parte de ellos al King’s College de Cambridge, mientras que el orientalista Abraham Shalon Yahuda cedió otra parte al recién fundado Estado de Israel. Desde entonces el material de gran valor se conserva en la Biblioteca Nacional y Universitaria Judía de Jerusalén.
