Conocemos más sobre el cosmos que sobre las profundidades de los océanos, o eso es lo que muchos científicos se atreven a decir, pues muy poco ha sido explorado en la negrura del océano. Una de las regiones más asombrosas es la zona crepuscular, en donde la diversidad más excéntrica de animales y organismos diminutos se alojan para resplandecer entre bioluminiscencias y comportamientos asombrosos, pero ahora esta región está en peligro, dicen investigadores.
La negrura cubre la zona crepuscular
Paradójicamente la negrura de la zona crepuscular poco ha frenado a la vida, por el contrario, aquí se encuentra una rebosante cantidad de seres coloridos que poco a poco han desarrollado la capacidad de generar su propia luz.
La zona crepuscular se encuentra a mil metros por debajo de la superficie marina, por lo que los rayos del sol ni siquiera se asoman de manera difusa. Es tan profunda que la vida transcurre completamente a oscuras y mayormente en silencio, pero las especies que habitan ahí han encontrado las maneras para adaptarse a tal crudeza y han evolucionado para brindar su propia luz mediante procesos de bioluminiscencia.
Tiburones linterna, peces abisales y tiburones aleta cometa nadan en el extraño ecosistema que además está plagado de seres diminutos que se encargan de mantener el equilibrio para que la vida siga prosperando. Pero en un revés muy peligroso para la Tierra, la zona abisal está ahora en peligro debido al aumento de las temperaturas oceánicas.
El alimento es cada vez menor
Investigadores de la Universidad de Exeter están realmente preocupados por el manto de vida que se aloja en la zona crepuscular, pues cada vez el alimento que cae desde la superficie es menor.
Es de esperarse que en una región tan distante de la superficie, los seres no sean capaces de llegar hasta las regiones donde todavía llega la luz para obtener su alimento. En consecuencia, obtienen su base alimenticia de los miles de millones de toneladas de materia orgánica que desciende lentamente desde la superficie. Fitoplancton muerto, excrementos de peces y toda cantidad de materia orgánica, que recibe el nombre de ‘nieve marina’, forma parte de su dieta.
No obstante, la nieve marina es cada vez menos debido al calentamiento de las aguas oceánicas. Los investigadores han dicho que la aguas más cálida están reduciendo la cantidad de alimentos que se hunden hacia la zona crepuscular, lo que significa que hasta el 40% de la vida en esta región podrá estar en peligro de desaparecer para finales del siglo.
Las alarmas se vuelven todavía más resonantes cuando entendemos que la rica variedad de vida, que no puede encontrarse en ningún otro lado del planeta, evolucionó sólo en los últimos millones de años, cuando el agua se enfrió tanto que propició el surgimiento de la excéntricas especies.
“Según los estudios que hemos hecho, hace 15 millones de años no había toda esta vida [en la zona crepuscular] y ahora, debido a la actividad humana, podemos perderla toda. Es una gran pérdida de riqueza”, dijo Crichton a The Guardian. “A menos que reduzcamos rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, esto podría conducir a la desaparición o extinción de gran parte de la vida en la zona crepuscular dentro de 150 años, con efectos que se extenderán por milenios a partir de entonces”.
Es impresionante darnos cuenta del impacto que las acciones humanas están teniendo, incluso en regiones que están completamente aisladas de nosotros.
Referencias: Crichton, K.A., Wilson, J.D., Ridgwell, A. et al. What the geological past can tell us about the future of the ocean’s twilight zone. Nat Commun 14, 2376 (2023). DOI