El océano es tan monstruosamente vasto que se cree que conocemos más sobre el espacio que sobre las entrañas del mar y para prueba de ello está la zona del Atlántico donde se hundió el Titanic que si bien ha sido explorada, todavía hay mucho que desconocemos sobre la región debido a que la allí abajo la presión es tan exacerbada que muy pocos vehículos han logrado llegar hasta ahí.
¿Dónde está el Titanic?
La curiosidad por cruzar las vastos océanos, se remonta a milenios atrás cuando culturas como la fenicia o los egipcios, construyeron lo primeros barcos para cruzar los impetuosos mares. Desde entonces el hombre ha estado experimentando a prueba y error, cómo lograr cruzar los océanos del globo terráqueo, pero entre toda la historia marítima el Royal Mail Ship Titanic (RMS Titanic) es quizá el caso de mayor atención debido a su hundimiento.
Desde el principio, el Titanic capturó la imaginación de los ciudadanos del mundo por ser el barco más grande y opulento de la época. Se le presentó como el mejor diseño en la historia de la navegación y por eso se pensó que sería insumergible, no obstante, una serie de factores jugaron en contra y el 15 de abril de 1912, tan sólo cuatro días después de que zarpara del puerto inglés Southampton, el Titanic se hundió en el Atlántico donde permanecen sus restos actualmente.
Dividido en dos piezas principales, la proa y la popa, el Titanic yace al norte del Océano Atlántico a unos 740 kilómetros de las costas de Newfoundland, Canadá. Si bien se sabían las coordenadas donde ocurrió el accidenta marino, sus restos no fueron descubiertos hasta el 1 de septiembre de 1985 por el explorador Robert Ballard. Ahora se sabe que la proa del barco, que es la sección más grande e intacta, se ubica exactamente a 41°43′57′′ Norte y 49°56′49′′ Oeste, a una profundidad de 3,784 metros por debajo de la superficie marina.

Cómo es el lugar de naufragio del Titanic
La región del Atlántico Norte donde se encuentra el Titanic, pertenece a lo que los oceanógrafos conocen como una ‘llanura abisal’, que se caracteriza por ubicarse entre 3 mil y 7 mil metros de profundidad. Los rayos del sol no logran penetrar hasta esta región, por lo que la vida allí es completamente distinta de lo que conocemos y está dominada principalmente por bacterias.
Podría decirse que el Titanic se ha convertido en un laboratorio excepcional donde convergen los restos con una gran cantidad de vida que se ha adherido a ellos, formando un arrecife de bacterias que están siendo estudiadas por los expertos. El arrecife además, ha sido crucial para comprender mejor la manera en que el ecosistema del lugar incide sobre el hierro del barco y su degradación.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA), los restos del Titanic están cubiertos por carámbanos oxidados llamados rusticles, que son “comunidades de bacterias que devoran lentamente el hierro del barco y le dan al naufragio su apariencia de derretimiento”. Las comparaciones del crecimiento de los rusticles a lo largo del tiempo, ha ayuda a los científicos a comprender mejor la degradación del Titanic , así como la de otros naufragios de metal.
Por esta razón, en 2017 se promulgó la Ley de Asignaciones Consolidadas que establece que “ninguna persona deberá realizar ninguna investigación, exploración, salvamento u otra actividad que altere o perturbe físicamente los restos del naufragio o el sitio del naufragio del RMS Titanic”.