A cientos de millones de años luz de distancia, un grupo de cúmulos de galaxias está enzarzado en una danza mortal. Al menos tres cúmulos están en proceso de chocar entre sí, formando un único cúmulo colosal llamado Abell 2256, un ‘narval cósmico en llamas’.
Los cúmulos de galaxias están chocando entre sí
Algunos astrónomos lo han bautizado como el ‘narval cósmico en llamas’ por el aspecto de cuerno de algunos de los chorros del sistema y los mechones brillantes de ondas de radio de la parte superior de la imagen. Los investigadores han utilizado seis de los observatorios más potentes para desentrañar qué ocurre en las volutas y remolinos de este megacúmulo caótico.
Cada telescopio captó una parte distinta de la extraña y compleja estructura. Dos observatorios de rayos X captaron el gas caliente, que brilla en azul en esta imagen. Las estrellas, que brillan en blanco y amarillo en la imagen, fueron captadas en longitudes de onda de luz óptica e infrarroja.
Las ondas de radio se muestran en rojo en la imagen, y proceden de diversas fuentes. Las barras rojas rectas son chorros que salen disparados de los agujeros negros supermasivos situados en el centro de las galaxias, mientras que los remolinos y garabatos rojos proceden del material del chorro que choca contra el gas circundante. Los filamentos situados cerca de la parte superior de la imagen -las “llamas” del narval cósmico- se extienden a lo largo de unos 2 millones de años luz, y probablemente proceden de la propia colisión cósmica, que creó ondas de choque que se propagaron por el cúmulo.
Pero a pesar de todos estos datos, la colisión cósmica no es una catástrofe
Pero a pesar de todos estos detalles asombrosos, hay preguntas sobre Abell 2256 que siguen sin respuesta: hay un tenue halo de ondas de radio cerca de el centro del cúmulo que aún no se ha explicado del todo, y contiene más galaxias que emiten ondas de radio de lo que cabría esperar. Los investigadores siguen trabajando para analizar la gran cantidad de datos y averiguar los detalles de cómo se forman cúmulos enormes como éste.
Con información de Leah Crane