Todo lo que inicia debe de terminar y para el astro mayor del sistema solar tarde o temprano también habrá un final. Aunque es seguro que no presenciaremos el fin del Sol, eso no significa que no tengamos curiosidad de saber cómo será ese momento.
Una de las premisas en cuanto a la muerte del Sol es que una vez que éste muera, la Tierra se convertirá en un trozo de hierro o es posible que se consuma por completo. Pero, otra de las tantas certezas es que al menos para que esto suceda deben pasar alrededor de cinco mil millones de años.
¿Cómo sucederá la muerte del Sol?
La vida en el planeta Tierra, así como en el espacio consta de un proceso. En el caso de las estrellas como el Sol, todas ellas producen su calor y luz a través de la fusión de hidrógeno. No obstante, esta fusión implica el origen del helio.
A medida que el tiempo pasa y las estrellas envejecen, el helio se acumula en grandes cantidades en su núcleo. Una vez que esto sucede, a la estrella le cuesta más trabajo fusionar el hidrógeno y esto se traduce en el calentamiento gradual del núcleo.
El resultado final de este proceso termina en un sobrecalentamiento de la estrella. Esto es algo realmente increíble porque se puede asegurar que por cada día que pasa el Sol literalmente se transforma y no es el mismo que ayer.

Hace millones de años los dinosaurios conocieron un Sol más frío y tenue que el que conocemos hoy, al mismo tiempo las futuras generaciones de humanos (si es que sobrevivimos) conocerán un astro mucho más caliente de lo que está en la actualidad ¿fascinante, no?
A medida que el tiempo transcurra, el Sol se sobrecalentará lo suficiente como para crear una ola extrema de calor en todo lo que le rodea. Esto significa que los cuerpos celestes a su alrededor comenzarán a elevar su temperatura hasta acabar con la vida y elementos en ellos.
Si el Sol muere… ¿qué pasa con la Tierra?
Paulatinamente al recibir el calor del Sol, la temperatura en la Tierra sufrirá un gran desequilibrio, es decir, un calor extremo. El resultado será la evaporación de los océanos, el flujo de los gases en la corteza de la Tierra se detendrá y simplemente no habrá refugio para la vida en el planeta azul.
Pero ahí no acaba todo, mientras el Sol se calienta su núcleo se verá forzado a crecer. La estrella se hinchará lo suficiente como para lanzar sus capas más externas lo más lejos posible, en ese momento la temperatura del Sol comenzará a descender, al mismo tiempo que su color cambia para finalmente convertirse en una gigante roja.
En ese momento de crecimiento, expertos consideran que el Sol podría terminar con la Tierra de dos formas; ya sea abrazándola y consumiéndola por completo en calor o solo alcanzar a derretir su atmósfera para convertirla en un objeto de hierro expuesto como alguna vez lo fue. Pero incluso en ese momento el Sol aún no ha muerto por completo…
El aliento final
Durante unos mil millones de años más después de convertirse en una gigante roja, el núcleo de esa estrella seguirá acumulando helio. Eventualmente llegará a una etapa crítica en la que la presión será tan grande que su centro experimentará un evento nuclear.
En cuestión de minutos el Sol colapsará por completo y entonces podrá renacer, pero lo hará como una estrella más poderosa y brillante que antes. Lo que significa que llegará a un final mucho más temprano, el cual los expertos llaman “el parpadeo cósmico”.
Este ciclo se repetirá hasta que el Sol se convierta en una estrella inestable. Finalmente se convertirá en una variable conocida como Mira, la cual se ilumina y se apaga cada cierto tiempo hasta que pierde su masa por completo y entonces transformarse en otras formas cósmicas.