Tal como encontrar una aguja en un pajar, una expedición encontró un meteorito proveniente del espacio que lleva decenas de milenios enterrado en el hielo de la Antártida. Una bala cósmica, de las más pesadas encontradas a lo largo de la historia, está asombrando a los investigadores.
A lo largo de los eones, la Antártida al igual que el globo terráqueo, ha sido el blanco directo de meteoritos que por su tamaño, lograron burlar la atmósfera y terminaron por tocar el suelo terrestre. Pero la Antártida logra conservarlos casi de manera intacta gracias a las temperaturas extremadamente bajas y a las capas de hielo.
Desde que se comenzaron las búsquedas en la Antártida para encontrar meteoritos, se han logrado encontrar la friolera de 45 mil de ellos tan sólo en el continente helado. Pero no ha sido sencillo, en muchas ocasiones se trata de una serendipia en donde los movimientos de los glaciares dejan al descubierto las rocas cósmicas, en cambio, encontrar directamente este tipo de objetos es muy complicado.
El meteorito lleva milenios enterrado en el hielo
Normalmente, las expediciones deben peinar las capas de hielo minuciosamente incluso con la posibilidad de no encontrar nada en el lugar. Es por esto que en 2022 se desarrolló un sistema de búsqueda a través de inteligencia artificial de aprendizaje automático a partir de imágenes satelitales, para determinar las partes de la Antártida donde es más probable que se hayan asentado cúmulos de meteoritos y justamente fue en uno de estos puntos críticos arrojados por la IA, en donde se descubrió un grupo de rocas espaciales, entre las que está una bala de 7.6 kilogramos.
Esta es la primera expedición que utiliza datos de la IA y han obtenido éxito, por lo que se espera que más meteoritos provenientes del cinturón de asteroides, sean desenterrados del hielo antártico. Los investigadores que desarrollaron el sistema de aprendizaje automático, estimaron que en las capas de hielo del continente helado podría haber hasta 500 mil meteoritos, lo que significa que hasta ahora sólo el 15% ha sido recuperado y analizado.

El meteorito de 7.6 kilogramos fue recuperado de una acumulación de rocas similares enterradas en la zona de hielo de Nils Larsen, cerca de la estación antártica Princess Elisabeth. De los cinco meteoritos encontrados, el más destacado es el antes mencionado, por su masa tan grande que es similar a la de un melón grande.
“El tamaño no importa necesariamente cuando se trata de meteoritos, e incluso los micrometeoritos diminutos pueden ser increíblemente valiosos desde el punto de vista científico”, dijo la científica de la expedición María Valdes, meteoróloga del Field Museum de Chicago. “Pero, por supuesto, encontrar un gran meteorito como este es raro y realmente emocionante”, concluyó.
Según los investigadores, esta y las demás rocas espaciales encontradas, probablemente llevan enterrados decenas de miles de años y únicamente se han acercado a la superficie por el movimiento agitado de los glaciares. Aún así, la precipitación, el viento y el aire debajo del hielo, han logrado mantenerlos en perfecto estado y serán analizados para obtener mayor información sobre ellos.
“Los objetos provienen del cinturón de asteroides y probablemente cayeron en el hielo azul antártico hace varias decenas de miles de años”, dijo el científico de la expedición Ryoga Maeda. “Estudiar los meteoritos nos ayuda a comprender mejor nuestro lugar en el Universo”, dijo Valdes. “Cuanto mayor sea el tamaño de muestra que tengamos de meteoritos, mejor podremos entender nuestro Sistema Solar y mejor podremos entendernos a nosotros mismos”.
Referencias: Tollenaar, V. et al. Unexplored Antarctic meteorite collection sites revealed through machine learning. Science Advance, 8 (4), DOI