Increíbles imágenes de satélite han mostrado la fuerza de la erupción del Mauna Loa, el volcán en la Isla Grande de Hawái que se eleva cerca de cuatro kilómetros sobre las aguas del océano Pacífico. Con fuertes géiseres de lava hirviendo y enormes columnas de ceniza, satélites han logrado captar el despertar del volcán después de cuatro décadas.
Desde 1984 el Mauna Loa no había registrado actividad alguna, hasta hace unas semanas. Exactamente el 27 de noviembre, una fisura en la caldera de la cumbre provocó el despertar de su inquietante interior y desde ese momento la actividad no ha cesado. Como testigos de este espectacular despertar, los satélites han logrado capturar el recorrido del humo y la lava.

La épica erupción volcánica del Mauna Loa
De acuerdo con un comunicado del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el Mauna Loa ha emitido alrededor de 120, 000 y 180, 000 toneladas métricas de dióxido de azufre por día al aire desde que la erupción inició. Este es un indicio importante a seguir debido a que el dióxido de azufre puede tener implicaciones en las vías respiratorias o bien afectar directamente el clima de la Tierra cuando alcanza mayor altitud.
Por ahora las autoridades han descartado afectaciones en el clima de la Tierra, pero eso significa que el humo tóxico podría permanecer principalmente en el suelo. Sin embargo, la erupción del Mauna Loa parece no desplazarse más allá de la cumbre del volcán por lo que las áreas habitadas aún no están en riesgo latente.
Aunque se siguen registrando enjambres sísmicos en el volcán, la USGS confirmó que parece ser que la actividad continuará sin mayores complicaciones. Pero más allá de la medición sobre la actividad debajo del volcán, escenarios extraordinarios también se revelan desde las alturas.
Los satélites del Servicio Europeo de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus han capturado desde las alturas una postal fascinante del camino que ha tomado la erupción. En la imagen se logra observar el camino de lava que fluye desde la caldera, así como los alrededores del volcán y la columna de humo que permanece sobre su cumbre.
CopérnicoHasta ahora la erupción no ha representado mayor impacto como en su momento lo hizo el volcán Hunga Tonga, el cual fue coronada por los expertos como la mayor erupción del 2022. En ese caso el impacto del estallido si afectó la atmósfera, incluso creó la pluma más alta hasta ahora registrada. A pesar de que la erupción del Hunga Tonga provino desde las profundidades, el estallido logró expulsar material hasta la tercera capa atmosférica; la mesosfera.
El panorama para los volcanes en la Tierra
Este claro no es el caso de la erupción del Mauna Loa. Aunque el volcán sorprendió por tener actividad después de casi cuatro décadas es un hecho que nunca podemos dar por muerto a un volcán al 100%. Debajo de las masivas estructuras que logramos observar la Tierra se comporta realmente distinto y eso significa que cualquier actividad puede llegar en cualquier momento.

Expertos se han tomado algunos años para intentar descifrar algún patrón en la aparición de sucesos como los sismos o erupciones. Sin embargo, las posibilidades de leer el mecanismo de la Tierra son realmente complejas y aleatorias. Seguir patrones geológicos como la presencia del Cinturón de Fuego u otros rastros ayudan para determinar posibles zonas de riesgo, pero nada más.
La Tierra es tan impredecible como nuestra propia presencia en ella y la ciencia ha hecho un gran esfuerzo por determinar cuál será el siguiente paso de este gigante globo azul. Hasta ahora mucho se ha descubierto, pero poco se ha podido predecir y tal vez esa es la clave más importante de la vida en el planeta: no poder controlarla al 100%.