La Ciudad Perdida Que Vive En Las Profundidades Del Océano Y Es única

La Ciudad Perdida que vive en las profundidades del océano y es única

A cientos de metros de profundidad se eleva una Ciudad Perdida submarina, no se ha encontrado nada igual en el mundo.

El sedimento oceánico tiene sus propios accidentes geográficos como cordilleras e incluso volcanes submarinos que se aglutinan en las profundidades. Y aunque es difícil imaginarlo, los vehículos exploradores vía remota nos ayudan a descubrir los secretos del océano. Gracias a esto sabemos que muy cerca de la montaña submarina, al oeste de la Cordillera del Atlántico Medio, se eleva una Ciudad Perdida, un paisaje en las penumbras con columnas borrascosas que se entretejen con el sedimento.

La Ciudad Perdida que vive en las profundidades del océano y es única

La Ciudad Perdida submarina

La Ciudad Perdida como le llaman los exploradores, es más que un simple paisaje onírico cubierto por rocas labradas por la naturaleza. Se trata del sistema hidrotermal submarino más longevo conocido en los océanos del mundo, con una actividad de al menos 150 mil años atrás.

El lugar fantasmal cubierto completamente por la oscuridad, fue descubierto por los exploradores en el año 2000 a más de 700 metros de profundidad. Gracias a la exploración con vehículos vía remota, los investigadores se encontraron de frente con un paraíso hidrotermal submarino. Hasta la fecha no se ha encontrado algo similar en ningún otra región oceánica del mundo y aunque puede que existan más sitios como este, por ahora es el único al que la ciencia tiene acceso para su análisis.

La Ciudad Perdida que vive en las profundidades del océano y es única

La Ciudad Perdida está compuesta por numerosos acantilados verticales que serpentean el sedimento y están cubiertos por depósitos con morfologías de ventilación asombrosamente diversas. Los fluidos que brotan de la cara de la columna han producido grupos de crecimientos de carbonato delicados y de múltiples puntas que se extienden hacia afuera como los dedos de una mano vuelta hacia arriba.

A lo largo de por lo menos 200 metros de longitud, se extienden múltiples chimeneas con pináculos que alcanzan hasta los 30 metros de altura y que en conjunto forman un depósito de carbonato. El pináculo principal recibe el nombre de Poseidón, en honor al dios griego de los mares. Tiene una altura mucho mayor que sus pendientes hermanas, pues roza los 60 metros desde su base en el sedimento marino.

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Chimeneas de gases burbujeantes

Las chimeneas de la Ciudad Perdida submarina, arrojan gases a temperaturas por encima de los 40ºC. Al noreste de la torre del dios griego, hay un acantilado con breves estallidos de actividad. Durante los 150 mil años de actividad de la Ciudad Perdida, acantilados como este han estado reaccionando con el agua de mar para luego arrojar hidrógeno, metano y otros gases burbujeantes hacia el océano.

Es por esto que en las grietas y hendiduras de los pilares, es posible encontrar comunidades microbianas lo cual resulta sorprendente debido a la escasez de oxígeno, el escenario perfecto para el estudio del surgimiento de la vida. Pero la vida un poco más convencional también está presente en aquel rincón oceánico. Pese a las condiciones extremas, crustáceos, anguilas y erizos de mar también se apilan en las columnas del paisaje.

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Pero sobretodo, lo que más ha llamado la atención de los científicos es que estos respiraderos hidrotermales no se formaron a partir del dióxido de carbono atmosférico ni tampoco intervino la luz solar. Todo en él está labrado por las reacciones químicas en el lecho marino profundo, lo que abre la posibilidad de que la vida en primera instancia pudiera haber surgido en sitio con condiciones similares.

Lamentablemente los científicos no son los únicos que han puesto los ojos en la Ciudad Perdida en las profundidades del mar, las compañías de extracción de recursos naturales también están interesados en la fuente de energía que yace allí. En consecuencia, los investigadores buscan hacer más visible este laboratorio natural prehistórico para declararlo como Patrimonio de la Humanidad y de esta forma, se preserve su riqueza que podría ayudarnos a comprender de dónde venimos.

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