La NASA se percató de una barrera artificial otrora desconocida que recubre a la Tierra y al parecer no tiene su origen en la dinámica espacial, sino que ha sido creada accidentalmente por el hombre aunque extrañamente ha resultado como un capullo protector de la radiación.
Desde el 2017, la NASA detectó una barrera artificial creada por las ondas de radio que constantemente ha estado emitiendo la tecnología humana hacia el espacio. Recordemos que la mayoría de las comunicaciones y otros dispositivos que sirven a la humanidad, utilizan ondas de radio.
La agencia espacial de los Estados Unidos se percató de que cierto tipo de ondas, específicamente las llamadas radiocomunicaciones de muy baja frecuencia (VLF), que se han vuelto cada vez más utilizadas, pueden influir en cómo y dónde se mueven ciertas partículas en el espacio. Se ha comprobado que este tipo de ondas son capaces de anular y repeler la radiación proveniente de los cinturones de Van Allen, lo que es una extraña fortuna, ya que el área de incidencia de las ondas VLF coincide con los bordes de los cinturones.
Cinturones de Van Allen
Nuestro planeta es mucho más complejo de lo que solemos creer, no sólo se trata de lo que está visible a nuestra perspectiva, sino de aquello que yace fuera de él y que lo recubre como si se tratara de una capa invisible. Eso es justamente lo que son los cinturones de Van Allen, que son un par de toroides que atrapan partículas solares llenas de radiación y viven allí eternamente gracias a la atracción del campo magnético de la Tierra.
El cinturón más cercano a nosotros, se alza desde los 1,600 kilómetros desde la superficie terrestre y se extiende hasta los 13 mil kilómetros de altura. El cinturón exterior se alza desde 19 mil kilómetros y hasta los 40 mil kilómetros desde la superficie terrestre. Ambos contienen una gran cantidad de radiación atrapada en esta región, que proviene de las partículas solares que quedan aprisionadas gracias al campo magnético de la Tierra y también por los rayos cósmicos que interactúan con nuestra atmósfera.
Una barrera artificial creada por el humano
Las ondas VLF enviadas al espacio por el hombre han estado empujando a los cinturones de Van Allen más hacia el espacio y lejos de la Tierra, generando a su vez una especie de barrera artificial durante las últimas décadas. Según la NASA, los límites inferiores de los cinturones de Van Allen ahora están más lejos de lo que estuvieron en la década de 1960, cuando las transmisiones de VLF eran mucho más limitadas.
Todo se trata de una serendipia que ha funcionado para generar una barrera artificial que ahora nos protege de la radiación contenida en los cinturones de Van Allen. La NASA ha dicho que ya hay planes para probar las transmisiones VLF en la atmósfera superior para ver si es posible eliminar las partículas cargadas que chocan contra nuestra magnetosfera durante los periodos de clima espacial incesante, como ahora que el Sol está encaminándose hacia su máximo del ciclo solar número 25.
