En el poema “Song of the Open Road”, Walt Whitman escribió:
La tierra, eso es suficiente,
No quiero las constelaciones más cerca,
Sé que están muy bien donde están,
Sé que son suficientes para quienes pertenecen a ellas.
Amar la vida es amar la Tierra, pero actualmente la Tierra está sufriendo. ¿Cómo despertar colectivamente, de tal manera que seamos reales y sensibles a la belleza de la vida?
La distancia da perspectiva y ayuda a mirar sin miedo. En esta serie de imágenes se muestra un mundo misterioso y frágil, desde una óptica que invita a salir de la rutina y empezar a valorar la Tierra.

Las montañas Tibesti, ubicadas principalmente en Chad, con las laderas del norte extendiéndose hacia Libia. Foto: ESA
Capturadas por la Agencia Europea Espacial (ESA), las fotografías que aquí compartimos invitan a mirar la Tierra con otros ojos; a contemplar su riqueza, desde un sofisticado lienzo de texturas, geometría y color. Aparecen montañas que dan la ilusión de ser papel, ríos de colores metálicos y fluorescentes, cordilleras que parecen esculpidas a mano, y una variedad de formas surrealistas.
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Cuando no estamos conectados, puede suceder que lastimemos o destruyamos algo (o a alguien) porque no existe un sentido de pertenencia. Por eso, amar la Tierra (sabiéndonos parte de ella) es amar también la vida. Quizá estas fotografías nos abran la conciencia hacia el entendimiento de esto:

Arena y polvo del desierto del Sahara, que atraviesa el océano Atlántico a lo largo de las costas de Mauritania (arriba), Senegal (centro) y Guinea Bissau (abajo). Foto: ESA

Las aguas heladas del mar Báltico, que rodean la isla más grande de Alemania, Rügen. Foto: JAXA/ESA

Centro norte de Siberia. Foto: ESA

Las estribaciones de las montañas de los Andes, cerca de la costa sur de Perú. Foto: KARI/ESA

El paisaje de la Cuenca de Tanezrouft, una de las partes más desoladas del desierto del Sahara, en el centro-sur de Argelia. La región es conocida como “tierra de terror” por su falta de agua y vegetación. Foto: JAXA/ESA

Al cruzar la imagen, el río Okavango forma la frontera entre Namibia al sur y Angola al norte. Foto: KARI/ESA

Tres de los cinco Grandes Lagos de América del Norte. Los lagos Huron (izquierda) y Erie (abajo) están parcialmente cubiertos de hielo, luego de las tormentas de nieve en Michigan y Cleveland, mientras que el lago Ontario (derecha) es completamente visible en azul. Foto: ESA

Arena y polvo del desierto del Sahara, que atraviesa el océano Atlántico a lo largo de las costas de Mauritania (arriba), Senegal (centro) y Guinea Bissau (abajo). Foto: ESA

El extremo norte del golfo Pérsico, junto con la frontera de Irán e Iraq y la desembocadura del río Shatt al-Arab. Foto: USGS/ESA

Una floración de fitoplancton forma una figura de 8 en el océano Atlántico Sur a unos 600km al este de las islas Malvinas. Los diferentes tipos y cantidades de fitoplancton exhiben colores diversos, como el azul y el verde en esta imagen. Foto: ESA

Rolling Hills en la región de Palouse, en el noroeste de los Estados Unidos. Foto: KARI/ESA