Wally, como han bautizado a la ballena gris que se encuentra perdida en las aguas de la isla Mallorca, agoniza sin alimento y España se enfrenta a la disyuntiva de sacrificarla. La joven ballena se perdió de la ruta de su familia dos meses atrás, se desvió a través del Estrecho de Gibraltar. Se le ha observado en distintas regiones cercanas y los zoólogos temen por su vida.

Consejería de Medio Ambiente y Territorio de las Islas Baleares
Se estima que Wally venía del Océano Pacífico, donde habitan poblaciones de esta especie de cetáceos. Lamentablemente la ballena gris, de apenas ocho metros de longitud, agoniza en la playa de Santa Ponsa, en la isla de Mallorca. Días atrás se le avistó cerca de la región de Ibiza, no obstante, se piensa que lleva más de dos meses extraviada en el Mediterráneo desde que accedió al Estrecho de Gibraltar.
Un laberinto de agua salada
Las costas se han convertido en un laberinto salado para el joven cetáceo que no encuentra alimento y se le ve cada vez más delgado. Los zoólogos poco pueden hacer por la ballena y temen que quede varada en la playa, situación que agravaría el estado del animal. Con intentos desesperados tratan de llamar su atención para alejarla de las costas, no obstante, parece no encontrar salida.
Salvamento Marítimo y la Policía Local acudieron a Santa Posa para acordonar la zona, luego del aviso del avistamiento de la ballena, en una zona que cuenta apenas con cinco metros de profundidad.
“Hace 10 años que no se detectaba una ballena de esta especie en el Mediterráneo. Y no es una buena noticia porque significa que algún factor la ha hecho huir del Pacífico”, explicó a El País Juan Antonio Raga, zoólogo de la Universidad de Valencia.
Se calcula que la joven ballena gris apenas roza los dos años de edad, el promedio de vida de la especie alcanza los 60 años. Se le ve nadar muy lentamente y se le escucha respirar con dificultad desde la costa. Cerca del cetáceo se encuentran dos botes, uno de Save the Med y otro de Salvamento, para monitorear sus movimientos y estado.

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Lamentablemente debido a su condición, los expertos han planteado la posibilidad de darle una muerte digna a través de la eutanasia, pues el estado del animal es cada vez más preocupante. No obstante, Raga prefiere “que la naturaleza siga su curso”.
El suceso se presenta luego de que una ballena minke fuera sacrificada al oeste de Londres, por la misma situación. La pequeña cría minke se desvió de su familia y nadó río arriba por el Támesis, los zoólogos finalmente decidieron evitar más sufrimiento al cetáceo y le practicaron eutanasia.