Con un aspecto totalmente prehistórico, el picozapato es diametralmente distinto a todas las aves que estamos acostumbrados a observar. De gran tamaño con una cabeza prominente y un gran pico, este ser alado ha inspirado las leyendas más misteriosas pues su parecido con sus antepasados los dinosaurios, es más que evidente. Aunque cabe decir que se trata de una inofensiva ave que está emparentada con los pelícanos y las garzas.
También conocido como ‘cabeza de ballena’ o ‘cigüeña picozapato’, por la peculiar forma de su pico, el picozapato lleva por nombre científico Balaeniceps rex. Es muy peculiar pues es la única especie que pertenece a la familia Balaencipitidae, aunque anteriormente se le había relacionado con la familia de las cigüeñas (Ciconiiformes) por su gran parecido de altura y forma, la evidencia ha mostrado que no tiene relación genética con estas. En todo caso, las investigaciones más recientes muestran que la gran ave es más cercana a los pelícanos y las garzas.
Una apariencia prehistórica
El picozapato es un ave de color gris azulado que es muy alta, con una medida promedio que va entre los 110 y los 140 centímetros. Sin embargo, los especímenes más grandes llegan a medir hasta 152 centímetros, lo que es equiparable a la altura de una persona. Pero esto no es nada comparable con el tamaño que alcanzan cuando abren sus alas; su envergadura llega a medir cerca de 260 centímetros.
Es por esta razón que llaman tanto la atención, pues son aves muy grandes aunque no son muy pesadas. Llegan a pesar alrededor de 4 a 7 kilogramos debido a que requieren ligereza para emprender su vuelo.
Pero la característica que quizá llama más la atención de los picozapatos es aquella que precisamente le ha dado su nombre. El pico de los Balaeniceps rex es simplemente magnético para la vista debido a que es muy distinto del de otras aves. Tiene un tamaño de 18 a 24 centímetros de largo, esto es el tercer pico más grande todas las aves conocidas, siendo los pelícanos y las cigüeñas grandes las únicas especies que le ganan en tamaño.
La forma de su gran pico asemeja a la de un zapato sueco de color pajizo con marcas de color grisáceo, salvo que tiene una terminación en forma de garra que usa para decapitar a sus presas que suelen ser peces pulmonados, bagres y tilapias. Aunque también puede cazar cocodrilos pequeños, lagartos, tortugas y ranas.
Con semejante apariencia que sí que parece provenir de los mismísimos dinosaurios, el picozapato causa gran intriga en aquellos que tienen la oportunidad de admirarlos. Pero esta intriga se ve elevada cuando muestran su comportamiento llamado ‘de colapso’ que implica que el ave permanezca quieta sin parpadear durante largas horas, para luego dejarse caer sobre sus presas inesperadamente.
Quizá es por esto que se han ganado su fama de misteriosos, pues hay que imaginar a un ave de este tamaño permanecer inmóvil por tiempos prolongados. Aunque otra cualidad interesante que sumó a su fama, es el sonido que generan con sus picos, lo hacen cuando se encuentran cerca de su nido y también para encontrar pareja. Golpean su pico contra su quijada repetidas veces y generan un sonido parecido al de una ametralladora.
¿Dónde viven los picozapatos?
El hábitat natural de los picozapatos se encuentra en la lejana África, suelen vivir en los pantanos y humedales del continente salvaje. Se les puede encontrar en la África tropical central, desde el sur de Sudán y hasta el norte de Zambia.
Aunque son capaces de volar, no se han registrado traslados muy grandes por lo que no se les considera como aves migratorias. Más bien presentan un patrón de desplazamiento estacional limitado que responde a los cambios en el hábitat, la disponibilidad de alimento y desde luego, la perturbación que los humanos causan en su hogar.
Lamentablemente son una especie que se encuentra vulnerable debido principalmente a la caza y el tráfico ilegal, así como la destrucción de su hábitat que se ha visto afectado por la extracción desmedida de los recursos naturales.