Como lo afirma la NASA, nuestro planeta está cambiando todo el tiempo. Trazar con certeza la línea entre los cambios “naturales” y aquellos provocados por las actividades humanas es mucho más difícil de lo que parece. Definitivamente, la forma en que estructuramos a nuestras sociedades y nuestros procesos económicos de producción y consumo masivos rearticula los ciclos de la Tierra. Uno de los efectos más evidentes —aunque lo niegue el presidente de Estados Unidos— es el cambio climático, fenómeno cuyas consecuencias se manifiestan en todo el mundo, de formas diversas; algunas de ellas radicales y dañinas para la vida de múltiples especies, incluso la humana.
Pero el cambio climático no es lo único que está transformando al mundo. Como lo demuestra la serie de imágenes de la NASA “Images of Change”, los desastres naturales (como incendios, inundaciones, erupciones volcánicas y terremotos) y los efectos de la creciente urbanización también tienen injerencia en la configuración del paisaje y el curso de la vida en la Tierra.
Aunque la NASA no ha declarado que la serie fotográfica responda a las políticas —o falta de—, de su país con respecto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que provocan el cambio climático, definitivamente piensan que es importante poder mirar desde su muy peculiar óptica la forma en que nuestro mundo está cambiando.
Aunque personalmente notamos algunas de las consecuencias, como el cambio de temperaturas o el incremento en las lluvias, mirarlas desde una visión tan amplia, a través de las imágenes que nos puede proveer la agencia espacial, nos permite entender la complejidad y las conexiones globales que hay entre todos estos cambios radicales. Es relevante saber qué procesos derivan de la actividad humana y cuáles están simplemente fuera de nuestro alcance. Se trata de asumir que, aunque el planeta siempre está cambiando, nuestras formas de vida no apuntan a la del equilibro con su entorno, o sustentabilidad, ni tampoco a la administración cuidadosa de los recursos, sino a su despilfarramiento. Hay procesos en los que aún tenemos injerencia directa y que pueden revertir algunas de las condiciones desfavorables en las que se encuentran algunas partes de nuestro mundo actualmente.
La colección de imágenes muestra cambios ocurridos en los últimos 30 años. Algunos son lentos y tomaron mucho tiempo; algunos son muy rápidos y a penas tomaron unas semanas; muchos de ellos son desfavorables para el entorno; otros son buenas noticias; algunos fueron provocados por movimientos humanos, y, los demás, eluden nuestros intentos de ser evitados.
Estas imágenes muestran un comparativo entre los niveles de deforestación cerca de Pucallapa, Perú, en el Amazonas, en los años de 1986 y 2016.
En esta comparación podemos apreciar que el recubrimiento de hielo del mar del Ártico alcanzó nivel más bajo en 2012. La primer imagen es de 1984.
En Argentina, las inundaciones afectan la plantación de soya. La primer imagen es de 2015 y la segunda de 2017.
El lago Trinity en California, tiene buenas noticias: después de 5 años de sequía, se recupera. Podemos observar el periodo de sequía en la primer imagen, de 2015 y la recuperación en abril 2017 en la segunda.