Ecuador se convierte en el primer país de América Latina en adoptar el sistema de semáforo en sus productos alimenticios, y así alertar a los consumidores acerca de la cantidad de grasas, azúcares y sales. La guía para el correcto etiquetado de los alimentos estará disponible en el Reglamento del etiquetado de alimentos procesados para el consumo humano, elaborado por la Agencia Nacional de Regulación y Control Sanitario (ARCSA).
Esta iniciativa se inspiró en el éxito de este sistema en el Reino Unido, el cual fue fuertemente apoyado por organizaciones como la British Medical Association y la Consumers International. Debido a que el objetivo principal del proyecto es prevenir, de manera sencilla, a las personas de los alimentos dañinos, el sistema de semáforos se basa en el uso de los colores para señalar la toxicidad de los productos: el rojo es la alerta máxima sobre el exceso de sal, azúcar o grasas en un alimento; el amarillo, una advertencia; y el verdes, cero riesgo. De ese modo, toda la población ecuatoriana recibirá información clara y sencilla acerca de lo que está consumiendo.
De acuerdo con la Tribuna Ecuatoriana del Consumidor: “El semáforo es parte de la lucha contra la obesidad y promueve una alimentación saludable. Es una alerta sobre los contenidos de grasas, azúcar y sal en los alimentos y ayuda a los consumidores a decidir qué comer.”
La ARCSA dispone de brigadas de técnicos encargados para aclarar a los usuarios las dudas sobre el reglamento, así como la manera en que se deben ingresar los datos del producto al sistema informático. De ese modo, las fábricas de los productos alimenticios pueden realizar los trámites, cargar la etiqueta y la información del análisis bromatológico (contenido de los nutrientes que debe tener el producto). Y en 72 horas, los técnicos de la brigada se encargarán de dar la autorización para imprimir la nueva etiqueta de los productos con la nueva norma de etiquetado.
De acuerdo con la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria de Ecuador, el nuevo etiquetado debe ocupar los colores requeridos, bajo una normalización del formato, ubicación y porcentaje de tamaño en el etiquetado (de un 15 al 20 por ciento). Así, todos los alimentos procesados que requieran registro sanitario deben tener el nuevo sistema de etiquetado, donde el semáforo indique los nutrientes de los productos (básicamente en el contenido de grasas, azúcares y sales).
Este nuevo sistema es un método innovador que ayudará a prevenir que los casos de obesidad y diabetes continúen creciendo. Además, es una manera de integrar a la población a entender los productos que están consumiendo e ingiriendo; de ese modo, pueden tomar una decisión consciente en relación con su salud.