En el corazón de los glaciares de Islandia se forman místicas cuevas de hielo que muestran paisajes sublimes. Pero hay veces que el espectáculo natural se eleva a otras dimensiones cuando la iluminación permite que los glaciares se pinten de colores ámbar gracias al juego de luces de los rayos del Sol.
Cuevas de hielo en los glaciares
Las cuevas de hielo de Islandia, son formaciones naturales que viven en los países más helados del mundo. Islandia se encuentra entre las naciones más septentrionales, lo que significa que está muy cercana al Ártico y que es la razón por la que presenta formaciones de hielo durante la temporada de invierno.

Pero además, también es el hogar de distintos glaciares que se identifican por sobrevivir al verano. Si bien el hielo aparece durante el invierno, los glaciares se caracterizan por resguardar extensiones de hielo que se agrandan y retroceden conforme al clima, pero que siempre presentan hielo, a diferencia de la nieve que únicamente aparece en las temporadas más frías.
Gracias a esto, la isla tiene dos tipos de cuevas: de hielo y de glaciares. Las primeras viven únicamente en las temporadas más gélidas, mientras que las segundas se pueden visitar durante todo el año. Son estas cuevas de glaciares las protagonistas de esta historia.
Destellos ámbar muestran la belleza de los glaciares
Sarah Bethea ha estado dedicando su vida a su más grande pasión; la fotografía de la naturaleza y sus maravillas. Nacida en Portland, Oregón, Sarah estuvo en contacto con el hielo desde muy pequeña, pues solía esquiar con su familia en Mt. Hood. Más adelante desarrolló una pasión por la fotografía y en sus años de carrera profesional decidió combinar ambas pasiones.
Así surgió su proyecto que retrata los paisajes más helados del planeta y sus maravillosa biodiversidad. Parte del trabajo de Sarah muestra auroras electrizantes con paisajes helados de fondo y animales salvajes de los ecosistemas más gélidos. Pero sin duda su fotografía más extraordinaria es la que logró capturar durante un viaje a Finlandia.

La idea de Sarah era visitar las cuevas de hielo que se forman en medio de los bloques de glaciar en la costa finlandesa ubicadas hacia al sur. Esperaba poder capturar el sublime tono turquesa que caracteriza a las cuevas de hielo de glaciares, pero en cambio obtuvo unas vistas extraordinarias producto de los rayos del sol.
Aunque era mediodía, justo en el momento en que Bethea disparó el obturador, el sol se alineó con la entrada de la cueva e iluminó el hielo por completo para darle una tonalidad ámbar. El resultado es una fotografía sublime en la que parece que Sarah está en un mundo completamente desconocido.

La fotógrafa admite que siempre quiso ser conservacionista de la naturaleza pero confía en que sus capturas de los paisajes más asombrosos, son una manera de inspirar amor y respeto por ella. Cree fervientemente que el arte de la fotografía nos ayuda a comprender paisajes que de otra manera no podríamos observar y nos alienta a entender la urgente necesidad por salvar estos paisajes que se encuentran en peligro debido al cambio climático ocasionado por el hombre.


