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El casquete polar todavía puede salvarse, dicen científicos

Se ha dicho en repetidas ocasiones que el colapso del casquete polar en la Antártida está en riesgo debido al calentamiento global, un hecho sumamente preocupante ya que el deshielo de las principales plataformas antárticas podría elevar el nivel del mar hasta en 3.3 metros. Pero parece que la Tierra es más compleja de lo que los investigadores pueden discernir y un nuevo estudio dice que el deshielo del casquete polar no es del todo ‘inevitable’.

Los datos más completos del casquete polar antártico

Desde finales de la década de los 90, los científicos han observado un aceleración preocupante en el deshielo del casquete polar antártico como consecuencias del calentamiento global y el cambio climático. La capa de hielo marino que recubre la Antártida Occidental, alberga a los glaciares más importantes del mundo que se encuentran inestables. Tanto Pine Island y Thwaites, los principales glaciares, han visto una pérdida en su masa helada y un aumento en la velocidad del deshielo que se le atribuye a las actividades antropológicas desde la Revolución Industrial.

casquete polar antártico

Es por esto que en repetidas ocasiones se ha estipulado que el colapso del casquete polar antártico es inevitable, una vez que este alcance el punto de no retorno. Sin embargo, investigadores de las universidades de Cambridge, Edimburgo y Washington, descubrieron que el deshielo podría no ser del todo inevitable, sino que podría evitarse ya que el ritmo de pérdida de hielo varía en función de las diferencias climáticas regionales.

Para llegar a esta conclusión, el equipo internacional combinó imágenes satelitales, así como registros climáticos y oceánicos, para tener un panorama más claro sobre el comportamiento de la pérdida de hielo. Se trata de la compilación más completa y detallada del casquete polar antártico que indica que si bien las capas de hielo de la región continúan en retroceso, el ritmo de pérdida se ralentizó en las áreas más vulnerables de la costa entre el 2003 y el 2015.

Todavía hay esperanza

El Dr. Frazer Christie, líder del equipo explica que “se ha difundido ampliamente la idea de que, una vez que una capa de hielo marina sobrepasa un determinado punto de inflexión, se producirá una respuesta desbocada”. Es decir, que una vez que se llegue a una extensión mínima de hielo, la masa no tendrá oportunidad de recuperarse y se dirigirá a la extinción. Pero a pesar de esto, Christie dice que “sigue habiendo dudas sobre hasta qué punto los cambios climáticos en curso siguen regulando las pérdidas de hielo a lo largo de toda la costa de la Antártida Occidental.

Christie encontró junto a su equipo, que la ralentización de deshielo entre 2003 y 2015 en la costa del mar de Amundsen, se debió a la reducción e intensidad de los vientos predominantes del oeste. Lo que significa que el agua más profunda y cálida no pudo penetrar en el hielo, lo que provocó un cambio notable en el comportamiento de los glaciares de la zona: “una clara reducción en la tasa de fusión y pérdida de masa de hielo.

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La investigación muestra que pese al calentamiento de las aguas oceánicas, no todo está dicho, sino que los vientos tienen también una clara influencia en la velocidad de pérdida de hielo. Esto podría significar que el casquete polar en la Antártida no está necesariamente destinado a la extinción, sino que podría ocurrir una alteración en los vientos que contrarreste la pérdida de hielo ocasionada por el calentamiento global.

La Tierra parece ser mucho más compleja de lo que podemos comprender hasta ahora y los resultados de la investigación ilustran el intrincado sistema de interacción entre el hielo, el océano y la atmósfera. Nos plantea nuevas incógnitas sobre la velocidad con que evoluciona el casquete polar antártica en un mundo que se calienta.

Referencias: Christie, F.D.W., Steig, E.J., Gourmelen, N. et al. Inter-decadal climate variability induces differential ice response along Pacific-facing West Antarctica. Nature Communications 14, 93 (2023), DOI

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