Los vínculos que rayan en lo romántico a menudo se distinguen como meramente humanos, pero dentro de las millones de especies, también pueden observarse lazos tan extraordinarios que se extienden a lo largo de toda la vida. Aunque la naturaleza es de tal riqueza que también existen aquellos animales que priorizan la soledad, lejos de regirse bajo el instinto gregario. Estos son algunas de los animales más románticos y también los más solitarios que habitan en la Tierra.
El fin último de la naturaleza es siempre la supervivencia, pero la belleza detrás de esto es que para perseguirla, no siempre apunta hacia la misma dirección. Tantos seres cohabitando el planeta se convierten en la riqueza y el tesoro más grande de la Tierra, cada uno con sus propias peculiaridades. Para algunos animales, formar lazos estrechos es sinónimo de sobrevivir, mientras que para otros lo es vivir en solitario.
Gibones
Los parientes más cercanos al humano que se vinculan de por vida son los gibones. Esta especie de primates forman lazos de pareja increíblemente estrechos, una vez que la hembra y el macho se aparean, pasarán el resto de sus vidas juntos. Acicalándose el uno al otro y pasando tiempo en los árboles, los gibones son de los pocos primates monógamos.
Tórtolas
Hay una razón por la que llamamos ‘tórtolos’ a las parejas románticas de humanos y es que esta especie de aves se emparejan de por vida. Cuando el macho se ve cautivado por una hembra, vuela hacia ella ruidosamente batiendo sus alas y emitiendo un silbido característico. Hace lucir sus encantos al inflar su pecho y comienza a mover la cabeza repetidamente. Cuando la hembra se acerca y se sincroniza con el macho al mover la cabeza al unísono, quedarán enamorados de por vida.
Cisnes
Los cisnes también se han convertido en un símbolo universal del amor. Y es que la forma en que nadan en pareja con sus cuellos entrelazados, da el aspecto de formar un corazón. Pero el romanticismo no sólo se limita a la hermosa apariencia de estas aves prístinas, sino que de verdad forman lazos hasta que la muerte los separa. La única situación que puede provocar que un cisne mudo cambie de pareja para aparearse, es la muerte de esta.
Otros animales románticos que se vinculan de por vida y cuyas relaciones son poco conocidas, son los albatros, las termitas, los buitres negros, los peces ángeles franceses y los lobos. Son muy distintos entre sí, pero comparte la monogamia como forma de supervivencia.
Animales solitarios
Pero como hemos dicho, la naturaleza no siempre tira hacia la misma dirección para llegar a su fin último. Por lo tanto, también existen especies de animales que sobreviven de mejor manera en solitario. Claro que en la mayoría de los casos requieren de un compañero para aparearse y, además, también deben encargarse de sus crías. Pero no suelen formar relaciones vinculantes que los mantengan juntos más allá del acto en sí del apareamiento.
Ornitorrinco
Uno de los animales más desconcertantes que puede existir es el ornitorrinco. No sólo por su apariencia que parece un híbrido entre varios animales o una mala broma de un taxidermista, como lo describieron los naturalistas, sino porque es uno de los animales más solitarios que existen. Tan sólo tiene contacto con otros individuos cuando llega la época de apareamiento, o cuando una madre debe cuidar a sus crías.
Osos polares
Algo similar ocurre con los osos polares que se distinguen por vagar entre los grandes hielos del Ártico en solitario. No viven en manada y sólo se les puede observar en grupos de dos o más, cuando una hembra cuida de sus crías. No obstante, no forman lazos vinculantes y cuando la madre ha enseñado a los pequeños lo necesario para sobrevivir en la crudeza del invierno, bifurcan sus caminos para siempre.
La tortuga más solitaria
Cuando se trata de soledad, la corona se la lleva la tortuga de desierto. Al tratarse de animales ovíparos, las hembras expulsan sus huevos que luego entierran en las arenas del desierto para no volver nunca más. Lo que significa que desde su nacimiento, las pequeñas tortugas experimentan la soledad de primera mano. Deben abrirse camino en su ecosistema por mano propia desde temprana edad. Pero buscar alimento y evitar a los depredadores no es sencillo cuando se tiene un tamaño tan pequeño, tan sólo el 2% de las crías llega a una edad adulta reproductiva.
La naturaleza tiene formas misteriosas de alcanzar la supervivencia, aunque hay animales que podría decirse que rozan en lo románticos, existen otros casos de animales solitarios donde la exclusión de vínculos es la mejor opción para conservar el equilibrio de la Madre Tierra.