El desierto es, para los sentidos, un placer ambiguo. Aunque en cada persona evoca algo distinto, siempre termina por proyectar una suerte de incertidumbre, producto de su notable diálogo con lo infinito. Pero su profundidad es, también, un extraño resquicio de paz.
Innegablemente, admirar desde el aire las topografías accidentadas y las dunas caprichosas de un desierto como el de Namibia es un privilegio. Y de alguna manera, nos invita a jugar con la posibilidad de que sean otros espacios, pues como cualquier amante de la fotografía con drones se habrá dado cuenta, mirar desde el ojo de un pájaro es admirar un mundo totalmente desconocido; diferente. Eso es lo que nos permite el trabajo de la fotógrafa Leah Kennedy.
La australiana siente una arrobadora atracción por la dualidad inherente al paisaje desértico. Y optó por la fotografía aérea para poder abstraer el territorio y mostrar, así, la dualidad de sus formas y colores. Como lo explica en su sitio web:
La fotografía aérea es una nueva perspectiva de los paisajes, son vistas menos literales y más abstractas de nuestro mundo. Proveen una mirada distinta de los paisajes comunes y a veces contribuyen a la dualidad de la imagen y a la incertidumbre sobre lo que estás viendo.
Este tipo de fotografía aérea no sólo es hipnotizante, pues muestra que la naturaleza es arte en sí misma.
También es una forma, como dice Kennedy, de ver las cosas desde otra perspectiva. En una suerte de delirio, nosotros imaginamos que su perspectiva invita a pensar en una heterotopía orgánica; espacios que siempre son otros, y que sólo desde la perspectiva perfecta podemos observar; es decir, un territorio que construimos gracias al dron, sobre otra realidad física totalmente distinta.
Por eso, creemos que muchas de las fotografías tomadas por drones que son premiadas cada año son capaces de remover la conciencia, y nos llaman a cambiar la forma de ver al planeta y de relacionarnos con él.
Las fotografías de Leah Kennedy son una invitación a tejer lazos de empatía con los desiertos del mundo, lo cual es de suma importancia en la actualidad. Porque los desiertos serán territorios en disputa cuando se acabe la era de los combustibles fósiles y se imponga la energía solar. Gran parte de la energía eléctrica se generará en los desiertos –como el del Sahara–, lo que modificará radicalmente los paisajes del desierto, y seguramente cambiará también sus ciclos naturales.
Así que te invitamos a ver estas fotografías para que tengas presente al desierto y no sólo lo des por sentado, pues es uno más de los territorios del mundo –y de los más hermosos– que hay que salvaguardar.