México es un país extraño en relación al tema alimentario. Por un lado, al menos 28 millones de personas viven carencias alimentarias, y por otro, más de 48 millones de personas tienen sobre peso y obesidad. Ya antes un informe había advertido sobre los cómos del proceso de invasión de comida chatarra había alcanzado a los principales centros de venta, y de alguna manera la gran disponibilidad de este tipo de alimentos hace cada vez más complicado encontrar comida sana.
En el marco del foro Del Pequeño Productor al Consumidor: Diversidad y Nutrición, la Alianza por la Salud Alimentaria hizo un análisis del porqué la paradoja alimentaria en México. Entre sus conclusiones están el abandono de los productores pequeños del campo. La política económica favorece a las grandes transnacionales y a la agroindustria grande en detrimento del apoyo a los pequeños productores, que por tradición, hacen un cultivos ecológicos y son los responsables de la producción del 40% de los productos nacionales, y de al menos el 80% de la diversidad de los alimentos.
Sin embargo el Estado ha ido soltando su responsabilidad para que estos productores puedes hagan llegar sus alimentos sanos a los consumidores, y que a su vez, reciban pagos justos.
La Alianza por la Salud Alimentaria apunta a que es muy importante que conozcamos que la solución para encontrar productos naturales y frescos está en el país. Una manera de alimentarte sanamente y contribuir a la seguridad alimentaria a partir del fortalecimiento de los pequeños productores es asegurándote de que compras productos locales, y que además, suelen ser menos costosos que los certificados como orgánicos.
Recuerda, mientras más local, y a menor escala se produzca, estarás casi por ende frente al mundo de los orgánicos.
En este for además se lanzaron las siguientes exigencias al gobierno mexicano:
•Garantizar el derecho a la alimentación, mediante el acceso seguro a alimentos denominados estratégicos: frijol, verduras, frutas y hortalizas, maíz, amaranto, pescado, chía, semillas y aguacate.
• Las políticas agroalimentarias deben revalorar al pequeño productor como sujeto productivo, no como objeto de asistencialismo. De igual modo, se debe reconocer el papel de la mujer rural en la producción de los alimentos.
• Gobierno, academia y sociedad en general deben reconocer el importante papel que tiene el pequeño productor en la salud y la economía del país.
• Generar los recursos para fortalecer su producción y establecer los mecanismos para garantizar la comercialización de sus productos.
• Conocer, valorar y proteger nuestras cocinas tradicionales y sus contextos bioculturales.
• Invitar y facilitar el acercamiento entre consumidores urbanos y pequeños productores.
• Promover circuitos cortos basados en la producción local de alimentos para proveer a los distintos programas sociales de abasto que operan en el país. Incluso, se propone la creación de una empresa gubernamental que realice las compras directas a pequeños productores, fortaleciendo la economía local.
• Transitar a una agricultura ecológica que beneficia toda la cadena agroalimentaria además de llevar a cabo una prohibición progresiva de agrotóxicos como recomienda FAO a los Estados.