Nuestro Sol es una estrella muy agitada como todas sus demás hermanas, pero desde la Tierra no podemos ver cómo las líneas de campo magnético solares se retuercen y liberan cantidades impresionantes de energía. Hace falta la tecnología para echar un vistazo a la superficie dramática del Sol y de vez en cuando, las cosas se ponen más impetuosas de los normal. El astrofotógrafo Eduardo Schaberger logró captar uno de estos momentos, en sus redes compartió una fotografía que retrata una enorme ‘cascada de plasma’ arrojada por el Sol.

El astro mayor es un enorme orbe de gas, energía y plasma que se arremolinan en sus distintas capas. La actividad que se gesta en sus entrañas suele responder a un ciclo con dos fases, una de calma y una mucho más agitada y violenta. Actualmente estamos atravesando por la segunda fase que recibe el nombre de máximo solar, esta es la razón por la que han incrementado las tormentas geomagnéticas en la Tierra y el astrofotógrafo Eduardo Schaberger fue testigo de uno de los momentos más impetuosos de la estrella.
Una enorme ‘cascada de plasma’
Una imagen compartida en sus redes sociales, muestra una enorme ‘cascada de plasma’ de 100 mil kilómetros de altura que emerge desde la superficie solar. Los físicos solares llaman a este tipo de eventos como ‘prominencia de corona polar’.
Las prominencias en la corona polar son similares a los óvalos aurorales de la Tierra, pero en lugar de contener auroras, los óvalos solares están repletos de cortinas de millones de toneladas de plasma que se mecen hacia el exterior. En fotografías se pueden apreciar como cascadas que salen disparadas de la capa más externa de la estrella.

La explosión fotografiada por Schaberger duro al menos unos siete minutos, tiempo en el que el plasma se elevó alrededor de 100 mil kilómetros por encima de la superficie solar antes de ser arrastrada hacia abajo por el alcance magnético del astro mayor. La cascada de plasma fue tal que si la ponemos en perspectiva, sería capaz de tragarse a ocho Tierras completas.
Este tipo de explosiones no siempre llegan hasta la Tierra, para ello deben ocurrir una serie de cosas, como que la explosión ocurriera en el momento en que nuestro planeta se colocaba frente a la región solar. Pero cuando el pasma sí toca el campo magnético terrestre, ocurren la llamas tormentas geomagnéticas, que si bien no son un peligro para la vida, ponen en riesgo a las comunicaciones por radio. De hecho se cree que un gran evento Carrington como el que ocurrió hace 150 años, sería capaz de dejarnos sin internet. Por fortuna esto no ha sucedido y el Sol únicamente nos ofrece la oportunidad de admirar su poderío.