Parece que fue ayer cuando el mundo descubrió la melodía de Cinema Paradiso. Cautivados por este extraordinario trabajo, el cine había encontrado en Ennio Morricone a un compositor inigualable. Aunque sus obras fueron muchas, el estilo sutil y único marcó al compositor como el favorito en la vida de muchos.
Morricone le enseñó al mundo a navegar por el cine de una forma distinta. A través de sus obras, vimos y vivimos las películas que este músico adornaba. Ahora, tras la noticia de su reciente muerte a los 91 años de edad, el mundo celebra a una de las mentes musicales más icónicas del cine y su legado cinematográfico.

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Con sus bandas sonoras nos transportó a escenarios llenos de tensión, romanticismo, inspiración e inocencia. Sus magníficos trabajos lo hicieron merecedor de dos estatuillas Óscar y, más allá de eso, de nuestra profunda admiración musical. Sin duda, el cine no tendrá intención de despedirse jamás de este talentoso compositor italiano. Y nosotros tampoco nos despediremos de estos sonidos magníficos que acompañan nuestro recorrido por la cinematografía.
Pero quien sí decidió despedirse fue Ennio. Con una pequeña carta, el compositor parece haber anticipado su última aparición en este mundo y anunció su despedida a todos los que lo habían acompañado en este espacio:
Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto. Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida. Hay sólo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar. Saludo con mucho cariño a Inés, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida. Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, María y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise. Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Mónica y mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca. Espero que entiendan cuánto los he amado. Por último, María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós.
Lleno de amor y profundo agradecimiento se va el genio Ennio Morricone. Así como celebramos el nacimiento de personas que marcan el rumbo de las artes y de la sociedad, conmemoramos el legado que nos dejan grandes compositores y creativos como Morricone.