Al parecer los animales encerrados en los zoológicos pueden mostrar signos de estrés, depresión o apatía, lo que podría interpretarse como tristeza. Es un tema debatido en el ámbito de la ética animal y el bienestar animal que, ahora ya tiene respuestas claras.
Algunas personas argumentan que los animales en cautiverio, como los que se encuentran en zoológicos, pueden experimentar emociones similares a la tristeza debido a la pérdida de libertad, la falta de estimulación natural y la limitación de comportamientos naturales. La veterinaria Tessie Bisbal de la organización internacional “Sin Zoo” le explica que puede ser verdad.
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¿De verdad se sienten tristes los animales encerrados en los zoológicos?
Los zoológicos modernos se esfuerzan por proporcionar entornos enriquecidos y cuidados de calidad para sus animales, lo que reduce el riesgo de tristeza o estrés. Los zoológicos trabajan en programas de enriquecimiento ambiental y cuidado veterinario para mantener la salud física y mental de los animales bajo su cuidado.
Sin embargo, muchos expertos coinciden en que los animales son capaces de experimentar una variedad de emociones, incluida la tristeza, y que es importante tener en cuenta su bienestar en cualquier entorno en el que se encuentren.
De hecho, esa puede ser la razón de porque cuando los visitan algunas no se encuentran, no son visibles o incluso, no desean moverse e interactuar con el público.
Tres aspectos que pueden presenciarse en los animales
- Salud mental: el cautiverio les genera un deterioro en su salud mental: estrés crónico, ansiedad y, en algunos casos, hasta depresión. Un estudio de la Universidad de Kent, de Inglaterra, descubrió que varios monos estaban estresados, comían sus propios excrementos, golpeaban su cabeza contra objetos, se arrancaban el pelo e incluso se automutilaban.
- Comportamientos anormales: diversos estudios encontraron que los animales encerrados caminan en círculos, balancean sus cabezas, se golpean contra los barrotes e incluso se automutilan por el estrés y la soledad en la que viven. Un ejemplo es la osa Stiffi de un zoológico en Argentina que caminaba en círculos sin parar adentro de su jaula.
- Problemas físicos: las jaulas y recintos muy pequeños, además de no permitirles actividades que sí harían en libertad, como caminar, correr, cazar o volar, les produce obesidad, atrofias musculares y hasta deformaciones de sus huesos. En un zoo de China, varios pandas gigantes tenían obesidad por las malas dietas y su falta de ejercicio.