Entre los animales prehistóricos más icónicos están en tierra los enormes dinosaurios y en el mar, el gigantesco megalodón. Entre más se sabe del gran tiburón que dominó los océanos hace 22 millones de años, más se le reconoce como una criatura extraordinaria de la que muchos sienten una atracción casi magnética. Y es que aunque los paleontólogos y expertos en vida marina aseguran que hace 3 millones de años el tiburón se extinguió, hay quienes creen que el megalodón todavía habita en las profundidades del océano.
El gran tiburón megalodón existió en el periodo cenozoico, pero se sabe de su existencia gracias a restos fósiles encontrados en diversas zonas. Según los fósiles encontrados, sus mandíbulas son la prueba clara de su capacidad de depredación, además de sus grandes dientes en forma triangular que llegan a medir hasta 17 centímetros.
Es por esto que se ha demostrado que se trataba de un animal con grandes dimensiones, aunque en muchas ocasiones esto se saca de contexto para exagerar el tamaño que pudo haber tenido. Hasta donde sabemos y según la evidencia científica, el megalodón llegó a medir hasta 16 metros de longitud, con una cabeza superior a los 4 metros y una aleta dorsal de hasta casi 2 metros. Sin duda se trató de un gran depredador marino.
Muchos creen que el megalodón todavía sobrevive
Las profundidades del océano son todavía un misterio para el hombre, quizá por la evidente incapacidad física para sumergirse a grandes presiones y sin oxígeno en forma de gas, el hombre no ha podido todavía analizar en su totalidad el inmenso ecosistema que habita en los océanos. La mayor parte de las regiones más profundas marinas sigue estando inexplorada y por lo tanto, no se sabe la cantidad de criaturas que habitan en ellas y que todavía no han sido descubiertas.
Es precisamente esta razón que alimenta con gran fuerza la hipótesis de que el megalodón sigue acechando a sus presas en lo más alejado de la superficie del mar. El argumento además, también se desprende de la creencia de que el océano al estar casi por completo inexplorado, mantiene madrigueras de animales primigenios como el antiquísimo tiburón de Groenlandia, que es hasta ahora el animal más longevo del mundo.
En ese sentido, muchos amantes de criaturas prehistóricas, argumentan que el megalodón podría todavía existir fuera del alcance de exploración humana. Así como ha sucedido con otros animales prehistóricos, según ellos, el megalodón pudo haber evolucionado para adaptarse a las nuevas necesidades del océano. Es de esperarse entonces que la apariencia del temible tiburón no fuera la misma que hace millones de años, sino que debido a los cambios en su hábitat, habría cambiado de forma hasta llegar a una apariencia que por ahora desconoceríamos.
A la fecha todavía se han podido encontrar restos fósiles de estos tiburones en sitios como Japón, Australia, Panamá y el sureste de los Estados Unidos. Sin embargo, la conservación a lo largo de los millones de años de los fósiles no ha sido tan afortunada debido a la salinidad del mar. Pese a la emoción que representa pensar que estos gigantes marinos todavía viven en las profundidades del mar, no hay información fehaciente que pueda si quiera dar un rayo de luz. Al menos para la ciencia, el megalodón se extinguió hace 3 millones de años.