La gratitud puede transformar por completo la perspectiva sobre nuestros actos y llevarnos hacia la reflexión profunda, tanto que este hombre mexicano decidió dejar la industria pesquera para dedicarse a salvar tortugas, luego de que un evento le cambiara la vida.
La Bahía de Kino o Kino Bay en el noreste de México, es famosa por sus actividades pesqueras que mantienen al poblado de Hermosillo, Sonora. El oficio pesquero forma parte de los habitantes prácticamente desde que son pequeños y esa no fue la excepción con Cosme Becerra, padre de familia y pescador en tiempo pasado.

Becerra cuenta a Mongabay que la pesca ocasional de tortugas de manera accidental representa una fuente de ingresos extra para los pescadores de Kino Bay durante emergencias. Como la vez en que su hijo estuvo hospitalizado y tuvo los recursos necesarios para que regresara sano a casa, gracias a una tortuga. Sin embargo, más adelante ocurrió un hecho que le hizo cambiar completamente de perspectiva.
Un día llegó a él una tortuga a la que debía sacrificar para comerla en un festival local. Tuvo que alojarla en el baño de su casa hasta que llegara el momento de terminar con su vida, pero la criatura marina no paraba de hacer ruido noche tras noche. Becerra cuenta que el suspiro de la tortuga no lo dejaba dormir y además, su esposa ‘Moni’ no dejaba de pedirle que la soltara. La mujer asumió que la tortuga lloraba por estar cautiva y pidió a su esposo que la devolviera al mar.
Tras la insistencia de Moni, Becerra finalmente decidió liberar a la tortuga pese a que ‘pertenecía’ a otra persona. Desde entonces, la familia dejó de sacrificarlas y consumir su carne, y en cambio, se convirtieron en asiduos guardianes de tortugas.
De pescador a conservacionista de tortugas
Becerra dice que está profundamente agradecido con las criaturas marinas, por haber salvado la vida de su hijo. Él y su familia quisieron devolver la gratitud a las tortugas, invirtieron todos sus ahorros para comprar un bote al que llamaron ‘La Tortuguera’ y con el que se han dedicado desde 2007 a la conservación de tortugas y animales marinos.
Los esfuerzos de la familia Becerra evolucionaron poco a poco y ahora dirigen al Grupo Tortuguero de Bahía Kino, con el que están tratando de voltear la moneda y agradecer a las especies marinas. Los Becerra que se dedican ahora formalmente a la conservación de las tortugas, han formado un grupo de 15 personas entre parientes cercanos, que se encargan de salvaguardar la vida de las tortugas y de fomentar la pesca sostenible entre los pobladores.
Su trabajo se concentra principalmente en la Laguna La Cruz, un humedal de gran importancia para la región, que abarca cerca de 6 mil 665 hectáreas y donde habitan numerosas especies, algunas de ellas protegidas por leyes nacionales e internacionales.
La tortuga verde (Chelonia mydas), es el principal objetivo de conservación del Grupo Tortuguero de Bahía Kino, pues es la especie de tortuga más común en el humedal y actualmente está catalogada como una especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En 2010, los Becerra recibieron financiamiento para la conservación de las tortugas marinas del Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), con el que comenzaron a trabajar formalmente en el área de la laguna. Usaron los fondos para conseguir instructores del Grupo de Tortugas de Las Californias, que se encargaron de capacitar a su equipo tanto en la teoría como en la práctica de monitoreo de los quelonios.

Desde entonces han implementado el primer monitoreo en tortugas de la región y llevan cientos de marcajes que les ayudan a mejorar la conservación de los animales marinos. Pero además, fomentan entre los pobladores de Bahía Kino, el cuidado de la Madre Tierra y la naturaleza, pues creen que es posible alcanzar la pesca sostenible en pro del cuidado del mar y sus criaturas.
Así fue como una familia entera paso de la industria pesquera, a convertirse en los guardianes más acérrimos de las tortugas y que continúan esparciendo sus aprendizajes y reverdeciendo conciencias.