El 10% de los más ricos produce el 50% de las emisiones de CO2 del planeta

El 10% De Los Más Ricos Produce El 50% De Las Emisiones De Co2 Del Planeta

El 10% De Los Más Ricos Produce El 50% De Las Emisiones De Co2 Del Planeta

Hay diversas maneras de medir la emisión de dióxido de carbono global: puede ser por país, por región o por ingreso. Pero el cómo se comuniquen las estadísticas, que en general constan de los mismos datos sólo que calculados a partir de diversos niveles de análisis –nacional, social, individual–, es lo que puede generar mayor o menor impacto.

Saber que sólo el 10% de las personas más ricas son quienes producen más del 50% de las emisiones de CO2 es un dato que no puede sino indignarnos. Y más porque pocos son los multimillonarios que se dignan a hacer algo por esta situación.

La estadística fue realizada y publicada por Oxfam –una confederación de organizaciones de caridad– a finales de 2015. Según su reporte, una sola persona entre el 10% más rico emite 175 veces más CO2 que cualquiera entre el 50% más pobre. No obstante, lo que puede variar en los datos son las variables. Algunos opinan que las estadísticas de Oxfam pueden ser engañosas, por las variables que deciden tomar o no tomar en cuenta.

Lo que es incuestionable es que existen muchas inequidades en torno a las emisiones de CO2 a nivel mundial.

Existen otras estadísticas, como las que develó el último estudio de Our World in Data. Éstas muestran la inequidad global, ya que tanto las emisiones por ingreso nacional como las emisiones por región dejan claro que los países más ricos, pese a estar menos poblados que los más pobres, emiten mucho más dióxido de carbono.

Esto quiere decir, bajo cierto nivel de análisis, que realmente hay gente que contamina menos. Pero no necesariamente porque adoptan estilos de vida sustentables, sino porque ganan menos y consumen menos. Es así que Asia, donde reside el 60% de la población mundial, emite el 49% de CO2, mientras que en Estados Unidos reside sólo el 5% pero se emite el 18% de CO2 a nivel mundial.

Y a todo esto, ¿Quiénes son este 10% más rico?

Por supuesto, entre ellos están los que año con año forman parte de la lista de los más ricos de Forbes. Por ejemplo, Jeff Bezos, Bill Gates, Warren Buffett, Bernard Arnault y Carlos Slim. Pero también, como indica el Global Wealth Report de 2018, se incluyen aquí aproximadamente 102 millones de personas en Estados Unidos, quienes son parte del 10% más rico. Se trata de una cifra que demuestra que aquellos más ricos no son sólo los magnates.

Así, podemos adelantar una conclusión que nos sirve no sólo para pedir a los gobiernos y a los más ricos que rindan cuentas –aunque esto sin duda es necesario, y las nuevas generaciones lo saben–, sino también para resaltar que estos datos nos involucran a nosotros, pues si bien no somos “los más ricos”, también ostentamos un lugar en esta distribución de los ingresos.

Tú también eres más rico que alguien…

Los más ricos no sólo contaminan más porque “son malos” o algo por el estilo. Se trata de una cuestión estructural, ya que tanto sus modelos de negocio como su consumismo exacerbado es lo que está llevando a nuestro planeta a la quiebra. Pero todos nosotros formamos parte del mercado y la sociedad: tenemos negocios, o somos trabajadores, y también ganamos o gastamos dinero.

Un estudio publicado en 2017 en la revista Environment and Behavior demostró que, sin importar si tenemos un “estilo de vida verde”, lo determinante en nuestra huella ecológica es nuestro ingreso. Y esto, lamentablemente, puede mermar todo intento individual por combatir el caos climático, pues las personas con mayor solvencia económica consumen más –usan más energía, más tecnología, consumen más carne y viajan más–.

Imagen: Bill Bragg

La única forma de transformar esta tendencia es conociéndola. Por eso este tipo de estadísticas, aunque tengan demasiadas variables, son útiles para repensar qué podemos hacer para revertir el cambio climático desde nuestra trinchera.

En este caso, es evidente que debemos simplificar lo más posible nuestra vida, modificando radicalmente nuestros hábitos y reformulando viejos paradigmas. Por ejemplo, ¿qué significa “ser pobre”? ¿Qué son los “lujos”? ¿Es un sacrificio no utilizar el automóvil? ¿Es un sacrificio no comer tanta carne? ¿Podemos prescindir de la tecnología? Quizá los ricos tengan mucho que hacer y cambiar. Pero nosotros también.

* Imágenes: 1) David McNew; 2) NOAA/NASA GOES Project; 3) Beata Zawrzel

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