El promedio de uso de una bolsa de plástico es de alrededor de 12 minutos, y tarda en desintegrarse cerca de medio milenio. Estamos en un completo error si creemos que el reciclaje puede ayudar a que la crisis por contaminación plástica termine.
Separar la basura definitivamente no es la solución; se sigue produciendo la misma cantidad de plástico que hace años, con la única diferencia de que antes las técnicas de reciclaje eran más funcionales.
Los procesos de reciclaje son insuficientes para la cantidad de plástico de un solo uso que diariamente llena los vertederos, terrenos y océanos sin límite alguno. El Banco Mundial asegura en un análisis que los desechos a nivel mundial pueden elevarse hasta un 70% más para 2050 si se continúa con esta tendencia de consumo.
Actualmente, sólo el 9% del plástico que se usa es reciclado y el 12% se incinera. Considerando que se producen cerca de 400 millones de toneladas en el mundo, cerca de un 79% de plástico queda perdido en algún lugar del planeta. No hace falta dar muchos datos para darnos cuenta de que el plástico es el peor invento del ser humano. Es un material muy resistente, contaminante antes y después de su producción, además de que se pierde en partículas tan pequeñas que terminan en nuestro cuerpo.
Los consumidores tenemos cierta culpa en esta crisis plástica, pero parece que seguimos sin reaccionar a las advertencias de los expertos. Es simple, somos seres humanos que no nos hemos detenido a reflexionar lo suficiente.
Una nueva producción para abandonar el plástico
Pero no todo está en el consumidor. Las empresas han dedicado su trabajo publicitario al mal comportamiento del público, ignorando la responsabilidad del productor y su gestión de residuos. La responsabilidad ambiental no está sólo en quien compra la botella, sino también en quien la coloca en los estantes de las tiendas.
Reducir nuestra huella de plástico no es sencillo cuando las empresas no están muy preocupadas por proponer productos más sustentables. Si cada persona decide que quiere eliminar el plástico de su vida, es probable que no encuentre todos los productos necesarios para la rutina diaria sin contaminar al menos una vez.
El verdadero problema no es el reciclaje, podemos seguir haciéndolo. Pero lo verdaderamente importante es considerar marcos legales que no sólo sean aplicables para la sociedad, sino también para las empresas.
Las acciones que se llevan a cabo para recolectar basura o plásticos no son malas, simplemente son insuficientes y no ayudarán a que se deje de generar plástico. Todos debemos presionar para que las empresas comiencen a implementar modelos de producción de acuerdo con la crisis que enfrentamos.
Reutilizar y reciclar puede ser útil al final del día (y bajo ciertas circunstancias), pero a largo plazo no es funcional para nadie. Pero aquí no termina la historia, no podemos quedarnos con una simple frase sobre el reciclaje.
Este es un mensaje claro para las empresas: dejemos de aplazar el cambio hacia un nuevo método de producción. Tenemos la capacidad de cambiar el veredicto que se ha planteado, si se invierte en mejorar la industria; si no, costará más hacer un cambio en 2050. Enfrentemos la crisis plástica con acciones reales, empresas y consumidores en conjunto. Si hay un cambio en el consumo, será gracias a nuevos productos, mientras el reciclaje continúa tratando la basura existente.