El deshielo de los grandes cuerpos prístinos de glaciares se sigue esparciendo como plaga a lo largo y ancho del mundo. En los extremos más cercanos a los polos yacen las cantidades más grandes y espesas de hielo, sin embargo, por encima de los sitios montañosos como Los Andes y Los Alpes también existen glaciares que poco a poco perecen ante el calentamiento global. Generalmente el derretimiento de los glaciares deja al descubierto huellas de lo que fuera el pasado prehistórico, pero un glaciar alpino ha revelado el impacto de los actos bélicos humanos, túneles y bunkers de la Primera Guerra Mundial emergen a la superficie poco a poco.
En la pasada Conferencia Mundial sobre el Calentamiento Global (COP26), no sólo se dieron cita los expertos en el clima. Otros especialistas como el historiador italiano Giovanni Cardioli y el profesor Stefano Morosini, se unieron para hacer evidente la problemática del derretimiento de los glaciares. Ambos expertos en historia contaron cómo descubrieron un búnker de la Primera Guerra Mundial en el Monte Scorluzzo. Monte que se alza en la frontera entre Italia y Suiza.
El deshielo de la huella bélica
El túnel se encontraba cubierto de nieve todavía, sin embargo, el desgaste al que el glaciar ha sido sometido debido a las altas temperaturas que cada día ascienden más, es evidente. De esta manera han quedado expuestos partes de los bunkers que alguna vez sirvieron para la Primera Guerra Mundial. Linternas centenarias, latas de comida, herramienta, camas y casquillos de bala han emergido desde debajo del hielo, cuenta Cardioli.
Museo de la Guerra Blanca
“Hace cien años, esta montaña era parte de un glaciar, solo se podían ver las rocas en los días más cálidos de agosto”, explica el historiador. “Este ya no es el caso. El glaciar se ha retirado, el hielo se está derritiendo y lugares como este, que estuvieron congelados en el tiempo durante 100 años, están volviendo a la vida… Estos lugares no solo conservan todo tipo de artefactos sino también rastros botánicos, entomológicos y glaciológicos de cómo era la vida hace 100 años”.
El derretimiento de los glaciares ya ha alcanzado a Los Alpes, tanto del lado de la frontera italiana donde se encontraron los bunkers de la Primera Guerra Mundial. Así como también del lado de la frontera suiza y francesa. En esta última región, la aparición de la sangre de glaciar es prueba de ello. El hielo se ha ido cubriendo cada vez más con algas rojas que son un claro indicio de que las temperaturas en aquellos lugares están rebasando los límites.
Con anterioridad la naturaleza ya ha desenterrado reminiscencias bélicas, como en el caso de los barcos desenterrados por un volcán en Japón. Sin embargo, esta vez el deterioro de la naturaleza ha sido ocasionado por las actividades antropogénicas y es un recordatorio del gran impacto que podemos ocasionar en el planeta.