Aunque en el universo hay muchísimo espacio, la Vía Láctea parece estar chocando con su inigualable vecina Andrómeda. De acuerdo con los avistamientos del telescopio Hubble, los halos de ambas galaxias parecen rozarse en un punto de su envoltura de gas. Esto podría suponer el avance de una colisión cósmica.
La galaxia de Andrómeda, conocida como M31, tiene una espiral de más de 1 billón de estrellas que parece estar muy cerca de la Vía Láctea, es decir, de la galaxia en la que está el planeta Tierra.
Según un estudio realizado con los datos del Hubble, los expertos no han podido determinar con exactitud la forma del halo de la Vía Láctea. Sin embargo, al mirar a través de la luz de algunos cuásares (fuentes de energía electromagnética), los científicos se dieron cuenta de que el halo de Andrómeda estaba absorbiendo algunas regiones de nuestra galaxia.
Esto, en pocas palabras, significa que el halo de Andrómeda ya está interactuando con el halo de la Vía Láctea. Pero, ¿qué significa la fusión de ambas galaxias? Para la humanidad podría suponer la extinción, pero para el universo este es un proceso natural.
La realidad es que el depósito de gas que contienen ambas galaxias es como un combustible para la formación de nuevas estrellas. De ahí vienen las explicaciones del nacimiento de lo que hoy conocemos como universo, de la evolución. Es posible que la unión de Andrómeda y la Vía Láctea augure una colisión en curso. Llegará el momento en que se fusionarán para formar una galaxia elíptica gigante, en unos 4,000 millones de años a partir de ahora.
La humanidad no tiene de qué preocuparse, más bien debemos entender los ciclos del cosmos. Saber interpretarlos y de alguna manera disfrutarlos porque, hace millones de años, un proceso como este marcó el inicio de la vida en la Tierra.