El eclipse solar total del 8 de abril está inextricablemente vinculado a uno en México, Estados Unidos y Canadá el 7 de marzo de 1970, pero antes de ello, los antiguos solían referir a que el “Sol es comido por la Luna”. Si bien, para la mayoría de los más de 40 millones de personas, será un evento único en la vida, los eclipses solares son producto de un patrón a largo plazo.
Los seres humanos hemos registrado los eclipses solares durante milenios, y se pueden encontrar referencias a ellos en algunos de los primeros textos de la humanidad, como los antiguos documentos académicos chinos. Incluso se ha debatido un verso de la Odisea de Homero (“El sol ha sido borrado del cielo”) y si puede relacionarse con un eclipse histórico.
A lo largo de la historia, el súbito oscurecimiento del Sol se ha considerado una señal del descontento de los dioses o un presagio de malos augurios. Pero una vez que los astrónomos descubrieron cómo funcionaban los eclipses solares, se convirtieron en acontecimientos que había que estudiar y celebrar. Gracias a ello, se sabe que tenemos estos sucesos cada 54 años.
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Uno cada 54 años, eclipse solar total un patrón repetitivo
Todos los eclipses solares vienen en familias llamadas Saros. Cada 223 lunaciones (órbitas de la luna alrededor de la Tierra) se proyecta una sombra lunar casi idéntica sobre la superficie de la Tierra para provocar un eclipse. Eso equivale a 6.585,3 días, o 18 años, 11 días y 8 horas, según la NASA .
Esas ocho horas son críticas. Esto significa que tres eclipses solares consecutivos en el mismo Saros ocurren en un tercio de la vuelta al mundo. El eclipse solar total del 8 de abril es parte de Saros 139 , que fue responsable de un eclipse solar total en África 18 años, 11 días y 8 horas antes, el 29 de marzo de 2006 . Precisamente 18 años, 11 días y 8 horas después del 8 de abril de 2024 (el 20 de abril de 2042), el mismo Saros producirá un eclipse solar total en Asia.
Esas ocho horas, sin embargo, garantizan que un camino similar de totalidad volverá a visitar la misma parte del mundo cada cuarta repetición. Este período de exactamente 669 lunaciones (o 54 años y 33 días) se llama exeligmos.
Pero la razón de que sentimos que nos se repiten es que, los Saros no dura para siempre. A lo largo de los siglos, suben y bajan por la superficie de la Tierra y finalmente saltan al espacio, lo que ocasiona que otras regiones tengan estás presencias, y tardemos más en entender que pasa el suceso.
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¿Entonces qué son los saros?
Aunque el cálculo no es sencillo, los astrónomos pueden predecirlo con precisión, pero existe un “ciclo” que se repite (y se repite…) a lo largo de los años. Se lo llama “saros”, y se emplea para predecir la ocurrencia de los eclipses.
De hecho, el “ciclo de saros” es un período de un poco más de dieciocho años que establece el tiempo que separa dos eclipses de Sol o de Luna sucesivos muy similares. Pues al cabo de ese período los tres astros (Sol, Tierra y Luna) vuelven a ubicarse sobre una misma línea, muy aproximadamente en la misma forma que antes, y es por ello que se repite un eclipse con iguales características.