En Mayo del 2016, la European Food Standards Authority lanzó un comunicado en el que advertía los efectos cancerígenos de la famosa crema de avellanas Nutella, de la empresa Ferrero, aún incluso con un consumo moderado. Por tanto, se trata de una sustancia que representa un alto riesgo a los niños al no ser considerado un producto saludable.
Desde hace varios años, organizaciones de la salud han tratado de ejercer presión para suspender la producción de este delicioso y tóxico postre. Al principio, la Nutella se relacionó con la destrucción masiva de bosques, ya que desde 1990 hasta 2010 se talaron 3.5 millones de hectáreas en países como Indonesia, Malasia y Papúa Nueva Guinea, con el fin de extraer aceite de palma (el ingrediente básico de la crema de avellanas). Después, se dieron a conocer los ingredientes con mayor efecto negativo en el cuerpo: glutamato monosódico, glicidol, GMO emulsionante lecticina de soya, aceite de palma, colores artificiales, preservativos artificiales, grasa saturada, azúcar, así como ingredientes que se usan comúnmente como solventes y pesticidas para formar plásticos sólidos.
De acuerdo con la Dra. Helle Knutsen, de EFSA, existe suficiente evidencia de que el glicidol es un genotóxico y cancerígeno. De hecho, entre las consecuencias mas frecuentes del consumo de estos ingredientes son las disfunciones inmunológicas, la infertilidad, desórdenes neurológicos, endócrinos y neurodegenerativos, cáncer, contaminación al medio ambiente, entre otros.
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Frente a la prohibición –y alerta– por parte de las autoridades alimentarias europeas, Ferrero lanzó una campaña que pretendía hacer sentir seguros a sus clientes de que la Nutella es saludable y deliciosa. Y pese a las alertas de las autoridades correspondientes, Ferrero insiste en mantener el aceite de palma en su producto ya que se trata de “calidad” y no de “costo”. Para Vincenzo Tapella, manager de ventas de Ferrero, el aceite de palma es indispensable para que la crema obtenga su textura cremosa tan característica, pues de lo contrario se usaría un sustituto que disminuya la calidad del producto.
¿Volverías a consumir un producto que la ONU y la Organización de Alimento y Agricultura de las Naciones Unidas han prohibido por ser cancerígeno?