En México, la tradición de las calaveras literarias, tal como las conocemos ahora, surgió, al igual que la de las catrinas, a finales del siglo XIX, como una expresión crítica del pueblo contra la élite porfirista. Las calaveras son un tipo de poema que funciona como una especie de epitafio cómico.
Las calaveras literarias suelen burlarse de la gente como si ya estuvieran muertos o como si la Muerte ya fuera a venir por ellos y normalmente se escriben en la víspera del Día de Muertos. Diversas fuentes mencionan a Fray Joaquín Bolaños como el autor de la calaverita más antigua de México, “La portentosa vida de la Muerte”, siendo la primera y representativa.
La costumbre tiene sus orígenes en la época colonial y se vincula con ciertas expresiones de religiosidad ibérica de la alta Edad Media, como la Danza Macabra o Danza de la Muerte. Se enriqueció en la Nueva España con elementos prehispánicos, como el culto a Mictlantecuhtli (dios de la Muerte), los tzompantlis (troncos de cráneos de sacrificados y posible origen de las calaveritas de dulce) y la poesía precortesiana.
Aunque las calaveras literarias fueron reprimidas desde sus inicios, eso no impidió que florecieran en el México independiente y se hicieran populares entre la población.
Leer más: A parte de Cempasúchil, estás flores puedes ponerlas en tu altar de Día de Muertos
La tradición mexicana de las calaveras literarias
Para la composición de calaveras literarias se requiere, sin duda, creatividad y observación de algún rasgo o cualidad del tema o persona a ridiculizar. Enseguida, se relaciona con una situación fúnebre, se juega con el lenguaje hasta encontrar la rima, se corrige los borradores y se redacta la versión final.
Actualmente el legado de la calavera literaria ha tenido que enfrentarse al paso del tiempo. Si bien, los caricaturistas contemporáneos mexicanos han recuperado en diversas ocasiones la rica tradición de la sátira lírica acompañada con una ilustración de personajes en los puros huesos, la tradición hoy no tiene el papel que tuvo en su momento.
Sin embargo, hay que reconocer el esfuerzo que existe desde las organizaciones estudiantiles y del ámbito cultural y social, para involucrar a través de convocatorias al público en esta búsqueda por conservar el legado de esta tan importante sátira literaria.
¿Cómo escribir una calavera literaria?
Si quieres escribir tu propia literaria y dedicársela a algún amigo o familiar durante la temporada de Día de Muertos , aquí te decimos cómo. Aunque no hay reglas estrictas sobre cómo escribirlas, las siguientes recomendaciones te pueden ser de ayuda.
1. Conceptualiza qué es una calavera
Las calaveras literarias deben de tener una anécdota con inicio, desarrollo y desenlace. Una calaverita está escrita en estrofas de 4 cuatro líneas. La anécdota involucra a la muerte como personaje e interactúa con la persona a quien escribimos.
2. Haz una lista de sinónimos
Tener al alcance sinónimos y palabras relacionadas con la muerte, como catrina, parca, flaca, tilica, huesos, panteón, flores, entre otros, facilita la creación de calaveritas. Mientras más a la mano tengas sinónimos y campos semánticos más fácilmente vas a escribir.
3. Identifica al personaje
Reconocer al personaje que se va a homenajear y enlistar elementos que lo caracterizan es otro recurso para desarrollar calaverita literaria. Hay que pensar qué suele hacer o distingue a nuestro personaje; dónde suele estar, qué lo diferencia de otras personas. También sus características físicas o psicológicas.
4. Sitúa en Día de Muertos
Otro de los pasos para crear una calaveras literarias pensar en una situación alusiva al Día de Muertos o a la muerte. Se debe pensar en una anécdota donde el personaje protagonista se vincule con la muerte. Idealmente, esta anécdota debe resultar graciosa al lector:cómo interactúa con esa persona; qué pasaría si se encontrara con la muerte.
5. Pierde el miedo a escribir
Otras de las recomendaciones que brindó la profesora fue perder el miedo a escribir, hacer uso del lenguaje coloquial y volver a verificar el escrito. Creemos que se necesita inspiración, que salga el texto de una sola vez y que la primera versión quede perfecta, pero no. Escribir en cualquier contexto siempre es reescribir, hay que darse la libertad de escribir.
6. Cuida la rima
Procurar que los versos rimen y tengan la misma extensión es otra herramienta práctica para el desarrollo de calaveras literarias. Hay que verificar que haya un mismo patrón de la rima; eso ayuda al ritmo que deseamos en los textos líricos. Esto se logra con un patrón estable. Puede ser ABBA, ABAB o AABB.
Esto quiere decir que el 1er verso tiene que rimar con el 4to, y el 2do con el 3ero, o que el 1ero rime con el 3ero y el 2do con el 4to. Se vale variar.