Sin importar el momento del año, las alergias aparecen. Aunque, todo parece indicar una amenaza directa para nuestra salud en los últimos años. El incremento de las temperaturas y la mayor exposición al calor, entre otros efectos nocivos del cambio climático, pueden aumentar la duración de la exposición a los pólenes y que, por tanto, la sintomatología perdure más tiempo.
Las enfermedades alérgicas han cambiado en los últimos años, y también lo han hecho sus tratamientos. El cambio climático y la contaminación han provocado una mayor intensidad y duración de la polinización. También se ha observado un incremento de la alergia a los alimentos y una mayor sensibilización
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Alergias y más…así daña el cambio climático tu salud
El cambio climático que ha acortado y templado los inviernos en favor de más meses cálidos durante el año unido a la contaminación atmosférica ha desembocado en “la tormenta perfecta” para las alergias. Y es que, la cantidad de fenómenos extremos ocurridos en los últimos años por el cambio climático como las sequías y las altas temperaturas han condicionado la polinización de las plantas.
Aunque no es lo único, el calor extremo mata aproximadamente a medio millón de personas al año en todo el mundo, pero al ritmo actual del calentamiento global sería casi cinco veces más mortífero en 2050. Además, están los riesgos sanitarios indirectos del cambio climático: el clima caótico y el aumento de las temperaturas generan catástrofes naturales mortales, propagan enfermedades a nuevas zonas e incrementan la inestabilidad económica y la mala salud mental.
Algunas de ellas fue “impactan en los sistemas alimentarios, la calidad del agua y la transmisión de enfermedades infecciosas como el dengue y la malaria, que se extienden a nuevas partes del mundo”.
Pero, además, las condiciones de temperatura y de bajo nivel de agua, hace que las plantas también vivan “un cierto estrés” que provoca que la fabricación de alérgenos dentro del polen sea “mucho más potente”. Por otra parte están los contaminantes. Los últimos estudios indican que bajo el efecto, por ejemplo, del ozono, o de las partículas submicrónicas, partículas atmosféricas de diámetro inferior a un micrómetro, del CO2 las plantas también modifican su comportamiento.
El CO2 es como un abono para las plantas. Hace que crezcan mucho, más rápido y que haya más cantidad. Y esos contaminantes provocan que las plantes pongan mecanismos de defensa por el estrés que sufren lo que repercute en que el polen sea más alergénico.
Ojo a los cipreses
Todas las plantas tienen capacidad para producir alergia pero hay algunas que en los últimos años han provocado más pacientes sensibles a ellas. Se trata de las cupresáceas -los cipreses-. Si bien, son ideales para mantener el aire de la Tierra, puede provocar que dentro de unos años, las personas al estar respirando en un lugar mucho tiempo con ese tipo de plantas sean más propensos a ser alérgicas a ellas.