La mente es un almacén de experiencias, vivencias, emociones y cientos de millones de pensamientos que se nos atraviesan a diario. De acuerdo con la escritora Sharon M Koenig, los seres humanos tenemos 60,000 pensamientos al día y, en su mayoría, son negativos, sobre el pasado o repetitivos.
Es cierto que el cerebro nos supera en misterio y sabiduría: hay muchas más conexiones de las que imaginamos, funciones que hacemos casi en automático o reacciones que no sabemos de dónde provienen hasta que las meditamos.
La mente es el pasado y el futuro, es todo lo que somos y nuestro potencial. La conciencia es el foco hacia la mente, es vivir la realidad (el presente) al máximo posible. La conciencia se consigue sólo a base de voluntad. – Tonino Licciardello Bernabe
Este es el secreto: la conciencia. Toma tus emociones y acéptalas para poder comprenderlas y transformarlas. El proceso no es sencillo, pero sí muy simple.
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Todos los seres humanos han sentido frustración, impotencia, enojo, estrés, cansancio o cualquier sentimiento que te haga pensar que tú no tienes el control de lo que te rodea y, es cierto, tú no tienes el control de los demás, pero sí tienes el control de ti mismo y eso es magia pura.
Que la conciencia gobierne la mente
Una vez que transformes tu interior serás capaz de transformar lo que está fuera de ti, cualquier cosa en la que pienses funcionará a tu favor mientras lo creas así y, para eso, puedes seguir este sencillo método Zen.
Primero:
Cierra tus ojos y siente esa emoción. Siéntela en todo tu cuerpo y deja que te recorra (parece algo muy abstracto, pero cuando lo intentas, da resultados).
Segundo:
Piensa en aquello que está causando esa sensación o sentimiento (¿por qué te enoja?, ¿por qué sientes que no está bien?, pregúntate por qué te sientes así).
Tercero:
Tus pensamientos son los que causan tus sentimientos. ¿Qué sucedería si no piensas tanto en eso que te enoja o te pone triste?
Siempre toma en cuenta que la mente es ajena a ti, es como otro ser que controla tu cuerpo y, la forma de hacerla invisible para ti, es practicando tu libertad mental y raciocinio.
Puedes intentar repetir conscientemente la siguiente frase cuando te encuentres en una situación compleja:
“Mi reacción es la simple percepción de mi mente, no la mía”
Poco a poco esta frase se convertirá en un mantra y terminarás por entender el poder que tienes sobre tus propios sentimientos: tú los dominarás, no ellos a ti.
Cuarto:
No califiques tus experiencias como buenas o malas, al menos no hasta que tengas la capacidad de entender que todo lo que vivimos es con el propósito de hacernos mejores.
Todo es cuestión de perspectiva, a todos nos ocurren cosas a diario que podríamos catalogar de catastróficas, pero basta con unos días de introspección y meditación para entender que cualquier situación fortalece nuestro pensamiento.
Suena aventurado controlar nuestros pensamientos, incluso parecería imposible ignorar las frustraciones y problemas que se manifiestan a nuestro alrededor, pero piénsalo así: no se trata de cambiar el entorno porque siempre será igual, se trata de mirarlo desde un lugar mejor.