El ser humano frente al cosmos, es diminuto o eso dicen, sin embargo, el ser humano sólo se dedica a vivir e investigar, su naturaleza jamás a sido permanecer quieto.
El hombre es la única especie viviente con capacidad para transformar conscientemente el mundo: la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, esa forma de ser lo ha llevado hasta el espacio exterior, pero también se debe reconocer su fragilidad en esos nuevos entornos.
Hoy en día, más allá de todos los avances realizados en cuanto a viajes espaciales y frente al horizonte que se nos avecina, en el que el turismo espacial será una de las actividades de ocio más atractivas para un selecto grupo de personas (como es obvio), cabe preguntarse qué ocurre cuando un corazón humano deja de latir ahí arriba, sea por un accidente o por una muerte natural.
¿Qué pasa si un ser humano muere en el espacio?
Un total de 20 personas han muerto en el espacio desde que comenzó la exploración espacial humana, hace más de 60 años, ahora con empresas como Blue Origin queriendo ofrecer vacaciones espaciales, el tema sobre qué pasaría si alguien muere allí, regresa a ser de importancia.
Para entender, un poco su complejidad del tema, debemos entender que como seres humanos no pasamos por los mismos procesos en Tierra o el espacio, y no tenemos las mismas condiciones de actuar.
Por ejemplo, después de morir aquí en la Tierra, el cuerpo del ser humano pasa por una serie de etapas de descomposición, que también son afectados por factores externos como la temperatura, el rol de los insectos, el entierro, la manera en que se depone un cuerpo y la presencia de fuego o agua, pero lo que sabe es:
- Primero, la sangre deja de fluir y comienza a acumularse como resultado de la gravedad, un proceso conocido como el livor mortis.
- Después el cuerpo se enfría hasta llegar al algor mortis y luego los músculos se ponen rígidos debido a la acumulación incontrolada de calcio en las fibras musculares: este es el estado conocido como rigor mortis.
- Posteriormente las enzimas, un conjunto de proteínas que aceleran las reacciones químicas, hacen que las paredes celulares se descompongan liberando su contenido.
- Al mismo tiempo, las bacterias de nuestros intestinos escapan y se diseminan por todo el cuerpo. Luego devoran los tejidos blandos: la putrefacción y los gases que liberan hacen que el cuerpo se hinche.
- El rigor mortis pasa mientras se destruyen los músculos, se desprenden olores fuertes y se descomponen los tejidos blandos, como los de una fruta.

Ahora, ¿qué pasa cuando se muere afuera de nuestras fronteras terrestres?
Si bien, ningún ser humano ha muerto por causas naturales en el espacio, existe un protocolo a seguir si un ser humano muere en el espacio.
Con un historial de 14 seres humanos fallecidos en misiones de la NASA entre 1986 y 2003, tres durante la misión Soyuz 11 (1971) y otras tres en un incendio de la plataforma de lanzamiento Apolo 1 en 1967, pensar en un protocolo no suena descabellado.
Sobre todo cuando se sabe, no sólo por la ciencia ficción, sino por investigaciones que los factores del espacio cambiaran el proceso que conocemos en la tierra, sobretodo por la gravedad como indica BBC:
- La distinta gravedad que otros planetas tienen afectaría la etapa del livor mortis. Dentro de un traje espacial, el rigor mortis todavía se produciría, pues es el final de las funciones corporales.
- Las bacterias intestinales también devorarían los tejidos blandos, pero estas bacterias necesitan oxígeno para funcionar correctamente y, por lo tanto, un suministro limitado de aire ralentizaría significativamente el proceso, lo que dejaría sólo los tejidos blandos.
Un plan para el más allá cósmico
La NASA es muy clara, cuando se trata de la muerte fuera de la órbita terrestre, para el organismo, no hay que prestar tanta atención a qué hacer con el cadáver, sino más bien cómo garantizar la seguridad del resto de la tripulación que todavía tripula la nave, en caso, de que la muerte acontezca cerca de la órbita terrestre, el cuerpo puede volver en una cápsula en pocas horas.
En dado caso, que sea fuera de una nave, posiblemente no quedara ni rastro de sus restos biológicos, por lo que la tripulación restante, debe informar y continuar con el viaje, dado que la pérdida de presión y exposición al vacío haría imposible que el astronauta respirara, por lo que la sangre y otros fluidos empezarían a bullir, reventando completamente el organismo.