El cuerpo humano es una maquina extraordinaria que funciona de formas sorprendentes aunque en ocasiones sus comportamientos nos mantienen en la incógnita, es decir, cuántas veces no nos hemos preguntado por ciertos síntomas o percepciones que se presentan en nuestros cuerpos. El claro ejemplo de esto es cuando miramos hacia el cielo y de pronto nos encontramos con manchas que parecen gusanitos dentro de nuestros ojos, o también cuando al levantarnos de pronto todo se nubla y el mareo aparece repentinamente. Afortunadamente la ciencia nos ayuda a entender por qué suceden tales acontecimientos en nuestro cuerpo.
Cuando nos encontramos sentados, acostados, o simplemente llevamos ya bastante tiempo en la misma posición y de pronto nos movemos con velocidad, suelen aparecer una serie de síntomas que preocupan a muchos. Vista nublada, mareo y sensación de desvanecimiento son los más frecuentemente descritos, sin embargo, casi siempre se trata de sensaciones súbitas que así como llegan se van, por lo que no representan un riesgo mayor. Si alguna vez te has preguntado qué sucede en tu cuerpo y por qué cuando te levantas con rapidez aparece un mareo súbito, la respuesta está en algo que los médicos llaman hipotensión postural.
¿Qué es la hipotensión postural?
Se le conoce más comúnmente como hipotensión ortostática y es una baja de presión que ocurre en el cuerpo por algunos instantes cuando nos ponemos de pie o cambiamos de posición bruscamente. Pero si queremos entender por qué sucede esto, hay que recordar que vivimos en mundo regido por la gravedad. Todo en nuestros cuerpos está diseñado para moverse en función de la gravedad, pero existen ocasiones en donde requiere un esfuerzo extra para contrarrestar sus efectos.
Cuando llevamos largo rato sentados la gravedad provoca que la sangre se concentre mayormente en las piernas, así que cuando por alguna u otra razón nos ponemos de pie de forma abrupta ocurre una baja de presión, debido a que la cantidad de sangre que llega hasta el corazón es menor de lo habitual.
Es justamente en ese momento en donde todo se mueve descontroladamente en nuestra mente e incluso puede ocurrir un desmayo en casos muy extremos. Pero el cuerpo es tan asombroso que el corazón está diseñado para reaccionar a la hipotensión postural, aunque eso sí, no nos salvamos de un mareo súbito que así como viene se va.
Al momento de ponernos de pie y que la sangre se encuentra mayormente acumulada en las piernas, las células especiales ubicadas en las arterias del corazón llamadas barorreceptores, se percatan de que algo no anda bien y entonces mandan una señal al cerebro que le indica al corazón que debe latir con mayor rapidez para contrarrestar la baja de presión. De esta forma, la presión arterial se autorregula y en pocos segundos o hasta minutos, el cuerpo se estabiliza.
Cuidado, no siempre es normal
Existe otra causa posible que explica este tipo de síntomas llamada vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB). Este es un trastorno que tiene lugar en el oído, lo que tiene sentido ya que hay que recordar que gracias al líquido que se encuentra dentro de la cóclea, un pequeño huesito tubular en forma de espiral, es que tenemos la habilidad del equilibrio.
Cuando existe un problema de oído, los mareos se vuelven frecuentes y en estos casos es mejor consultar a un especialista para que dictamine un diagnóstico pues pueden existir muchos otros factores asociados que podrían estar relacionados con los mareos como el síndrome de Meniere, la laberintitis y la falta de vitamina D. Si sufre mareos constantes entonces ya no es tan simple como la hipotensión postural y lo mejor será consultar a un especialista.