Por primera vez se ha cartografiado detalladamente un pasillo oculto hasta ahora y enterrado en las profundidades de la Gran Pirámide de Giza (Egipto), de 4 mil 500 años de antigüedad, y los investigadores también han echado un vistazo a su interior utilizando una cámara endoscópica.
El pasillo, descubierto por primera vez en 2016, mide 9 metros de largo.
El corredor se descubrió por primera vez en 2016, pero los investigadores no quisieron dañar el monumento para acceder a él. La pirámide es la única de las siete maravillas del mundo antiguo que sigue en pie, y durante milenios fue la estructura humana más alta del mundo, con 146 metros. Se construyó en torno al año 2560 a.C., durante el reinado del faraón Khufu.
Utilizando una técnica denominada radiografía de muones de rayos cósmicos, desarrollada por académicos de la Universidad de Nagoya (Japón), un equipo internacional de investigadores pudo confirmar que el corredor tenía 9 metros de longitud y una sección transversal de aproximadamente dos por dos metros.
La radiografía de muones de rayos cósmicos rastrea el nivel de muones que atraviesan la pirámide. Estas partículas son una forma natural de radiación procedente de los rayos cósmicos y bombardean constantemente la superficie de la Tierra. En esta técnica, los investigadores utilizan detectores de muones colocados en varios puntos alrededor del monumento. Los muones son parcialmente absorbidos por la piedra utilizada para construir las pirámides, por lo que el método permite a los investigadores identificar cavidades en el interior de la estructura.
Este método ya se ha utilizado en el pasado.
Este método se ha utilizado para cartografiar las estructuras internas de las pirámides desde 1971, cuando se utilizó por primera vez en Giza.
Utilizando su mapa preciso del corredor, los investigadores identificaron una oportunidad. “Nos dimos cuenta de que estaba tan cerca de la superficie que era posible realizar una endoscopia”, explica Sébastien Procureur, de la Universidad de París-Saclay (Francia). Insertaron una pequeña cámara similar a las utilizadas en procedimientos médicos para obtener la primera visión del corredor en miles de años.
“Sabíamos que la cavidad estaba ahí, pero por supuesto es totalmente diferente cuando la ves”, dice Procureur. “Nos sentimos extraños cuando lo vimos”.
Aún así, Procureur se alegró de una cosa: “Es una opinión controvertida, pero me alivia que la cavidad estuviera vacía. No me habría gustado participar en la apertura de una tumba”.