Una cría de macaco cangrejero nacida viva en China es el primer mono compuesto por células madre procedentes de dos embriones genéticamente distintos de la misma especie, algo que solo se había logrado en ratas y ratones. El mono, que vivió 10 días antes de ser sometido a eutanasia, se creó combinando células madre de un mono cynomolgus con un embrión genéticamente distinto de la misma especie de mono.
Según los investigadores, se trata del primer nacimiento con vida de una quimera de primate creada con células madre. En un estudio de prueba de concepto en el que se detalla la investigación, publicado este jueves en la revista científica Cell, se destaca que el mono era “sustancialmente quimérico”, ya que contenía una proporción variable, pero relativamente alta, de células que crecieron a partir de las células madre en todo su cuerpo.
Zhen Liu, autor principal de la investigación en la Academia China de Ciencias, añade: “En concreto, este trabajo, del primer mono, podría ayudarnos a generar modelos de monos más precisos para el estudio de enfermedades neurológicas, así como para otros estudios biomédicos”, asegura.
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Nace primer mono vivo quimérico generado en laboratorio con células madre
Los monos utilizados en el estudio eran macacos cangrejeros, un primate común en la investigación biomédica. Los investigadores establecieron primero nueve líneas de células madre, mediante células extraídas de embriones de 7 días de edad. A continuación, las colocaron en cultivo para darles una mayor capacidad de diferenciarse en distintos tipos de células para el primer mono.
Asimismo, realizaron una serie de pruebas en las células para confirmar que eran pluripotentes, y las células madre se marcaron con una proteína fluorescente verde para poder determinar qué tejidos habían crecido a partir de ellas en cualquier animal que se desarrollara y sobreviviera.
En última instancia, seleccionaron un subconjunto particular de células madre para inyectarlas en embriones tempranos que tenían entre 4 y 5 días. Estos se implantaron en macacos hembras, lo que resultó en doce embarazos y seis nacimientos vivos.
El análisis confirmó que un mono que nació vivo y un feto abortado eran sustancialmente quiméricos, conteniendo células que crecieron a partir de las células madre en todo su cuerpo. Ambos varones.
Marcas verdes para diferenciar los tejidos del primer mono
Para determinar qué tejidos contenían células derivadas de las células madre inyectadas, los científicos utilizaron etiquetas verdes a través de las proteínas fluorescentes. También usaron la secuenciación de genes y otras pruebas para confirmar su presencia en diferentes órganos del primer mono.
Los tipos de tejido que probaron que contenían las células derivadas de células madre incluían el cerebro, el corazón, los riñones, el hígado y el tracto gastrointestinal. En el mono vivo, la contribución de las células madre en los diferentes tipos de tejido osciló entre el 21% y el 92%, con un promedio del 67% en los 26 tipos de tejido que se analizaron. Las cifras fueron más bajas en el feto de mono.
En ambos animales, también se confirmó la presencia de células derivadas de células madre en los testículos y en las células que eventualmente se convierten en espermatozoides. Los investigadores también planean explorar más a fondo los mecanismos que subyacen a la supervivencia de los embriones en los animales huéspedes, lo que, según dicen, ayudará a mejorar la eficiencia de la generación de quimeras.