Gracias a una investigación realizada por el Centro de Observación y Modelización de Terremotos, Volcanes y Tectónicas del Reino Unido (COMET), es posible ver el movimiento de las placas tectónicas desde el espacio exterior.
El estudio de la Tierra avanza conforme el progreso de tecnologías de alta calidad lo permite. Las entrañas de nuestro planeta y los movimientos que ahí ocurren, han sido sujetos a investigación desde hace muchos años. En la década de los 50, la Geología experimentó una revolución con el desarrollo de la Tectónica de Placas. Esta teoría unificadora explica que la capa fría y rígida de la superficie terrestre, llamada litósfera está fragmentada en placas tectónicas.
Dichas placas se desplazan bajo nuestros pies a velocidades pasivas, causando movimientos telúricos y otros fenómenos naturales. En la década de los 60 se utilizaron medidas paleomagnéticas y geofísicas de las edades del fondo de los océanos, lo que dio paso a la comprensión del desplazamiento de la superficie terrestre. Más adelante, en 1980, se utilizaron satélites artificiales y radiotelescopios para captar el movimiento de las placas tectónicas.
A pesar de los esfuerzos de los geólogos por descifrar los misterios de las entrañas de la Tierra, las pesquisas estaban subyugadas a la tecnología. Pero la era del progreso dio sus frutos y ahora es posible ver el movimiento de las placas tectónicas desde el espacio exterior.
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Movimiento de las placas desde el espacio
La Agencia Espacial Europea (ESA) a través del satélite artificial Sentinel-1 y de sus sensores de radar de apertura sintética interferométrica (InSAR), permiten la observación en alta resolución de la corteza terrestre. La ESA tiene una política de datos abiertos, lo que posibilita a otras instituciones la utilización de estos para establecer nuevas investigaciones al respecto.
Así, el COMET ha procesado miles de imágenes InSAR de los primeros 5 años de datos del Sentinel-1. Lo que les ha posibilitado medir movimientos de superficie de la región turca, Anatolia, de aproximadamente 800, 000 km².
Los resultados se traducen en el primer mapa de movimiento de la superficie de una placa tectónica completa. El mapa de Anatolia, muestra en alta resolución la tasa de deformación horizontal, que detalla ampliamente los patrones de deformación situados principalmente en las grandes fallas tectónicas, al norte y al este de la placa.
Velocidades de superficie horizontal y vertical para la región de Anatolia.
Pero el hombre siempre mete mano en los desórdenes naturales y este mapa lo demuestra. En las señales verticales del mapa, se pueden apreciar movimientos rápidos asociados con actividades antropogénicas, como la extracción de agua subterránea.
Estudio de terremotos
Hasta hoy en día, no existe un método que posibilite la predicción de terremotos. Estos son eventos fuera del alcance de control de los seres humanos. No obstante, investigaciones como esta demuestran que el uso de datos del Sentinel-1, aunado con el procesamiento automático InSAR, permite la observación en alta resolución y detallada de los campos de velocidad y la tasa de deformación de grandes regiones continentales.
Esto cierra un poco la brecha en el estudio de los movimientos telúricos y su relación con la tasa de acumulación y liberación de la capa fría de la corteza terrestre. Quizá en un futuro podamos estar mejor preparados para afrontar los desastres causados por terremotos. Incluso, podamos entender con mayor claridad la poderosa contribución de las capas de la Tierra para dar forma a los valles, montañas y espectaculares paisajes que nos rodean.