Tal vez por inercia o simple lógica reconocemos que algo nos mantiene separados del resto del espacio. Es posible que ya estés pensando en que todo se lo debemos a la atmósfera y en parte es cierto, pues sus diversas capas nos protegen del gran vacío. Sin embargo, también está la capa de ozono y posiblemente la no tan conocida línea de kármán.
Ubicada entre la termosfera y la mesosfera, la línea de kármán es considerada como el límite donde comienza el espacio y la posibilidad de supervivencia para el ser humano se agota. Es cierto que esto depende de a quién le preguntes, pues la atmósfera no se corta abruptamente en el espacio, sino que se degrada ligeramente hasta perderse.
Por ejemplo, para la Federación Internacional de Aeronáutica (FAI), el espacio inicia justo sobre la línea de kármán. Mientras tanto, para la NASA el espacio inicia un poco más abajo, exactamente a una altitud de 80 kilómetros. Pero la duda aún no ha sido respondida ¿por qué kármán sería el límite entre el espacio y la Tierra?
Dibujando los límites de la línea de kármán
Eran mediados del siglo XX cuando el ingeniero aeroespacial Theodore von Kármán se hizo una curiosa pero simple pregunta: ¿a qué altitud la velocidad necesaria para mantener un avión en el aire a través de la sustentación aerodinámica se vuelve tan alta que excede la velocidad orbital?
Tras realizar algunos cálculos, Kármán llegó a la conclusión de que esto sería a 100 kilómetros de la superficie. A partir de ese resultado, a esta altitud se considera que está la línea kármán. Para dejarlo un poco más claro, a esta altitud un avión convencional ya no podría volar a la velocidad que lo hace, necesitaría contar con una velocidad similar a la de los satélites y otros cuantos detalles para superar la fuerza de gravedad que lo empuja.
Entonces, en cierto sentido, podría decirse que el límite de la Tierra acaba ahí para los aviones convencionales, pero continúa para todo lo demás. La realidad es que no hay un límite definido en el que el espacio comience y la atmósfera termine, ésta última simplemente se va desvaneciendo hasta perderse en el cosmos.
Incluso si se marcara el final de la atmósfera en la exosfera y el inicio del espacio en este mismo borde, entonces los satélites e incluso los astronautas no podrían llamarse exploradores del espacio debido a que se encuentran en altitudes entre los 400 km y los 1,000 km. La exosfera se eleva hasta 10,000 km sobre la superficie de la Tierra y desde ese sentido seguirían en los límites planetarios.
Es así como podemos asegurar que la línea de kármán no marca el límite entre la Tierra y el espacio, únicamente es límite funcional para los aviones comunes. Y, en esencia, no hay una línea que defina el fin de la Tierra para dar comienzo al cosmos, la atmósfera simplemente se desvanece y funde en el resto del espacio infinito.