Todo parece indicar que los científicos descubrieron que los plásticos abandonan el intestino y viajan a otros órganos. Al parecer, el plástico se descompone lentamente en partículas muy pequeñas que acaban diseminadas en todas partes.
Investigadores de la Universidad de Nuevo México dijeron que los microplásticos de nuestra agua, alimentos y aire que respiramos llegan desde nuestro intestino a otras partes del cuerpo como los riñones, el hígado y el cerebro, según un comunicado de prensa de la universidad.
Probablemente tengas plásticos en tu cerebro
Los científicos han constatado la presencia de plásticos microscópicos en prácticamente todos los rincones del cuerpo humano, incluido el cerebro. No se ven a simple vista, pero están en todas partes, desde el agua que bebemos al aire que respiramos. Su presencia se ha constatado en la placenta, la leche materna, el pulmón, el hígado, el bazo, los riñones, la sangre y, ahora en el cerebro.
Es decir, el cuerpo humano, como el de otros muchos seres vivos, se está convirtiendo en un “depósito” de estas micropartículas de plástico que por su tamaño poseen una gran capacidad de invadir órganos y tejidos, pues al parecer cada semana acaban penetrando en el cuerpo, a través de lo que ingerimos o el aire que respiramos, una media de 5 gramos de plástico, el equivalente a una tarjeta de crédito (si las unimos).
Estos investigadores, lograron este descubrimiento luego de múltiples experimentos con ratones, en los que les hizo beber agua con microplásticos que contenían unos marcadores durante tres semanas, descubrieron que estas partículas traspasan la barrera hematoencefática del cerebro, producen en él una inflación similar a la de las demencias, y manifiestan alteraciones similares a quienes las padecen.
Situación que levanto alertas pues si los ratones sanos expuestos a pequeños trozos de plástico después de unas pocas semanas mostraban signos de cambios físicos, los humanos expuestos durante toda la vida podrían ver afectada su salud, debido a que, los microplásticos alteran las células inmunes llamadas macrófagos, responsables de proteger al cuerpo de partículas extrañas, lo que provoca inflamación en el cuerpo.