La crisis humanitaria que ha desatado el conflicto armado iniciado por Rusia en Ucrania, nos ha dejado ver el lado más sensible de las relaciones humanas. Por un lado, los poderes se enfrentan para gestar una nueva geopolítica sin prestar atención a los civiles, y por el otro, la sociedad ucraniana intenta avanzar hacia sitios más seguros fuera del conflicto. Pero en medio de la tragedia, surgen las escenas más genuinas de amor a los animales que se han visto reflejadas en las fotografías que nos muestran cómo los ucranianos se aferran a sus animales de compañía y los transportan con ellos para mantenerlos a salvo.
Personas de todo el país se esconden en las construcciones subterráneas del metro o en los centros comerciales que brindan seguridad ante los bombardeos lanzados por el gobierno ruso. Poco a poco las imágenes se han ido esparciendo por todo el mundo y paradójicamente, en medio del conflicto bélico nos muestran el lado más humano de la sociedad. Personas que se abrazan entre sí e intentan darse consuelo, pero que a la par, cargan consigo a sus animales sin importar lo difícil que pueda resultar.
Dueños y animales en Ucrania
Aquellos que han decidido emprender el viaje para buscar ayuda en la frontera y poder trasladarse hacia otros territorios de Europa, tampoco han olvidado a sus compañeros de cuatro patas. En transportadoras o en brazos, los ucranianos nos demuestran que somos capaces de generar lazos tan fuertes que, sin importar la situación, lo primordial es salvaguardar a toda costa las relaciones invaluables de amor. Mantenerse unidos con sus seres amados, sean estos personas o seres sintientes como perros, gatos y toda clase de animales de compañía, es el único consuelo que han encontrado por ahora.
Comúnmente cuando un conflicto bélico se suscita en alguna región del mundo, se piensa que está limitado al orden de lo humano. No obstante, los misiles inundan el territorio donde también habitan otros seres aparte del hombre, animales silvestres, ganado y animales de compañía son parte también del contexto.
Ucrania tiene aproximadamente 3.5 millones de animales de ganado que se encuentran vulnerables ante ataques indiscriminados o incluso, al abandono por su gran tamaño. Pero en medio de la desesperanza, surgen historias como la de Andrea Cisternino, un ex fotógrafo que con su esposa Vlada Shalutko, formaron un refugio para animales en territorio ucraniano. Cisternino ha decidido permanecer en medio del conflicto en la ciudad de Kiev, ha dicho: “No abandonaré a mis animales, moriré aquí con ellos”.
Algunos ciudadanos han logrado salir ya del país con sus mascotas en brazos, como Anastasia y su esposo Sergey que junto a su perro Bulka están a salvo fuera del conflicto. Pero muchos otros continúan dentro todavía, resistiendo a toda costa y demostrándole al mundo que en los peores momentos el único consuelo es mantenerse al lado de los seres amados, sin importar si se trata de personas o de los animales. La expresión más grande de la gran conexión que hemos desarrollado con la vida misma, que implica cuidarnos unos a otros a través del respeto. Una lección contradictoria que se da en medio de un conflicto ocasionado por la avaricia humana.