Se ha descubierto en Dinamarca una mutación del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19 que tiene sumido al mundo en un confinamiento indefinido. La nueva cepa se ha extendido entre las granjas de cría de vison y posteriormente ha contagiado a humanos. Se han detectado 12 personas contagiadas con esta nueva variante en la península de Jutlandia. Ahora, el plan es el sacrificio de estos visones.
La primera ministra de Dinamarca Mette Frederiksen, ha catalogado la situación como “muy seria”. De igual forma, se ha determinado que esta nueva cepa representa un serio riesgo de salud pública y podría poner en peligro la efectividad de alguna futura vacuna, de extenderse por toda Europa.
“Tenemos una gran responsabilidad hacia nuestra propia población, pero con la mutación que ahora se ha encontrado, tenemos una responsabilidad aún mayor también hacia el resto del mundo”, dijo Friederiksen.
Dinamarca: del sacrificio de visones al uso de su piel
Desafortunadamente esto representa el sacrificio de 17 millones de visones, la totalidad de ejemplares que Dinamarca cría al año para cubrir la demanda peletera. No obstante, esta no es la primera ocasión que una nación vacía sus granjas de visones. En julio pasado España sacrificó a 100,000 ejemplares, tras detectar casos en una granja de Aragón. Países Bajos de igual forma, terminó con su producción peletera de animales por las mismas razones.
La noticia sobre la propagación del virus en las granjas no es más que el destape de la cloaca. Si bien es cierto que la propagación de una nueva sepa de SARS-CoV-2 es altamente preocupante, no podemos dejar de lado la idea del aparente sacrificio de millones de visones en Dinamarca. ¿Por qué aparente sacrificio? Pues, estas pequeñas mustelas desde el momento en que nacen están destinadas al sacrificio para la obtención de su piel.
Así la pregunta central tendría que ser más bien ¿Por qué se siguen utilizando pieles en la industria de la moda? Los propietarios de este tipo de granjas de animales para la industria peletera, apelan al cumplimiento de las normas dentro de sus establecimientos.
No obstante, existen numerosas investigaciones y documentales sobre la escasa calidad de vida que se ofrece a estos animales durante su cría. Afortunadamente, se ha logrado avanzar en materia de igualdad animal. En Inglaterra y Gales, las granjas de visones fueron prohibidas en el año 2000. También en Austria dejaron de operar en 2005.
Aún falta mucho por lograr, la respuesta a esta caja de Pandora está en el consumidor. El consumo responsable es la clave para lograr el cambio que nos lleve hacia una vida más amigable con la naturaleza y respetar los derechos de los animales.