Es cómodo, rápido y limpio. Basta con cubrir el plato de comida con un film o meter directamente el plástico o tupper para que en cuestión de segundos tengamos la comida caliente en la mesa. Pero ¿es bueno para nuestra salud?
A pesar de ser uno de los materiales más omnipresentes en el planeta, aún no logramos entender bien el plástico y su impacto a la salud humana, incluso cuando se planteo reducir su producción. Productos como biberones, tuppers, cucharas y vasos son productos que llevan a la ingestión y/o inahalación de grandes cantidades de partículas de microplástico y cientos de sustancias tóxicas. ¿Por qué?
Los riesgos ocultos del plástico
Durante la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente celebrada en Nairobi, se acordó “una reducción significativa para 2030“. Sin embargo, trajo un aumento exponencial de su uso con diferentes fines, desde la fabricación de equipos de protección para los sanitarios (EPI) hasta envases y envoltorios de alimentos en los supermercados.
La mayoría de los plásticos están hechos de petróleo, aunque hay otros biodegradables fabricados a partir de fibras de madera y algodón, en su gran mayoría se venden aquellos de petróleo dada su resistencia a las altas temperaturas, situación importante dado que el microondas utiliza una temperatura máxima de cocción entre los 100°C y los 150°C.
Aunque se produce una desventaja, los químicos que se desprenden como el bisfenol (BPA) y los ftalatos, los cuales, son disruptores endocrinos (afectan a las hormonas) y se han relacionado con obesidad, diabetes o problemas reproductivos, según constató una investigación publicada en ‘Enviromental Research and Public Health’.
¿Por qué son tan peligrosos los plásticos?
Ya entendimos que su producción contiene alta cantidad de químicos, dado que en su composición también se encuentran largas cadenas de carbono, llamados polímeros, mezclados con aditivos químicos, pequeñas moléculas que ayudan a moldear los polímeros en su forma final y les confieren resistencia a la oxidación, la exposición a los rayos UV y otros desgastes.
El microondas al ofrecer grandes cantidades de calor, radiación ultravioleta e hidrólisis crea una reacción química a través de la cual las moléculas de agua rompen los enlaces y, entonces, hace el material se agriete y se desprendan pequeños fragmentos de sí mismo como microplásticos, nanoplásticos y lixiviados, componentes químicos tóxicos que son ingeridos al momento de calentar el alimento.
Según el Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL), estos hechos tanto en la producción con el consumo significan la aparición de metales pesados, COPs, agentes cancerígenos, sustancias químicas que perturban el sistema endocrino (EDCs) y microplásticos, que exponen a la inhalación, ingestión, y contacto con la piel, y terminan afectando a los sistemas renal, cardiovascular, gastrointestinal, neurológico, reproductivo y respiratorio; que en situaciones extremas pueden generar cáncer, diabetes, y toxicidad para el desarrollo.

¿Cuál es la recomendación?
- Optar por vidrio reutilizable y acero inoxidable.
- No vierter líquidos calientes en recipientes de plástico.
- No ingresar plásticos en el microondas.