¿Ovejas de mar? Los animales de lana y cuyo cuerno tienen forma de espiral no sólo existen en las praderas, el mar tiene su propia oveja, mejor conocida como Costasiella Kuroshimae.
Con un cuerpo de 4-10 mm, ojos pequeños y negros, y un color que va desde el marrón amarillento hasta el verde brillante, incluyendo otros colores como el azul, amarillo, verde, rojo, púrpura, blanco y marrón en su cuerpo, la oveja del mar, es uno de los animales del mar que se alimentan del sol.
Dado que es uno de los pocos organismos no vegetales que puede realizar la fotosíntesis, ya que sus “hojas” pueden sobrevivir hasta un par de meses por la energía producida, se podría decir que la Costasiella kuroshimae es una “oveja con energía solar”.
Ovejas de mar, la singular babosa marina
Fue descubierta en 1993 frente a la costa de la isla de Kuroshima, en Japón, aunque también ha sido localizada en aguas de Filipinas e Indonesia. Pero, más allá de su aspecto, lo más curioso de estas criaturas marinas es su forma de sacar el máximo partido de las algas de las que se alimentan en el fondo marino, con las que mantienen una relación simbiótica muy particular, la que también ayuda a mantener el equilibrio de las poblaciones de algas en sus hábitats. Aunque no es la única razón que las hace especiales.
Algunas de sus características son:
- Las protuberancias que tienen estas babosas en la cabeza no son los cuernos de una oveja, sino ‘rinóforos’, un órgano sensorial de los moluscos prosobranquios que les sirven de sensores químicos, que les funciona como receptores gustativos.
- Estas babosas son hermafroditas, es decir, que es tanto hembra como macho, y una vez iniciada la reproducción, pondrán entre 2 mil y 4 mil huevos que eclosionan al cabo de unos 4 días, dando lugar a unas larvas que pronto adquirirán esa característica forma de oveja.
- Las algas de su cuerpo, le permiten llevar a cabo el proceso de cleptoplastia.
- Prefieren habitar en áreas con exuberante vegetación marina, ya que esto les proporciona no solo camuflaje sino también alimento.
- Se alimentan de plantas marinas clave, como Avrainvillea y Halimeda, que son alga verde.
- El color verde vibrante de las babosas de mar oveja hoja proviene de los cloroplastos ingeridos, lo que las hace parecerse a pequeñas ovejas submarinas que pastan en la vegetación acuática.
La Costasiella kuroshimae, es capaz de llevar a cabo la cleptoplastia
Dentro de la babosa marina los cloroplastos producen comida a partir de los materiales orgánicos que hay en la célula y la luz solar.
Es una es una estrategia, dado que la oveja de mar, en vez de tener que ir a buscar siempre comida, permite que se almacene adentro de sí misma, así genera la energía y la materia cuando la necesita. Y a este robo de cloroplastos se le conoce como un proceso de “cleptoplastia”.
Algunos estudios han encontrado que los cloroplastos pueden llevar a cabo la fotosíntesis dentro de las ovejas de mar hasta por entre nueve y 12 meses, y durante todo ese período siguen nutriendo al animal. Lo que aún no logra entenderse es cómo la babosa puede mantener estos cloroplastos durante tanto tiempo dentro de su organismo.
Su población corre peligro
Como todo animal exótico, las ovejas de mar se enfrentan a varias amenazas, incluida la pérdida de hábitat debido a la actividad humana y la contaminación.
El desarrollo costero, la pesca de arrastre y la acidificación de los océanos inducida por el cambio climático son factores que pueden tener un impacto negativo en los delicados hábitats de los que dependen estas babosas marinas para sobrevivir. Además, la recolección excesiva para el comercio de acuarios puede conducir a una mayor disminución de la población.
Este ultimo punto, pone en peligro a la población, ya que suelen ser cazadas para un acuario doméstico, lo que no es recomendable, porque las ovejas de mar requieren entorno específico que incluya agua limpia y una temperatura constante, para prosperar, principalmente porque su dieta consiste en algas específicas, como el alga verde llamada Avrainvillea, que puede ser difícil de obtener y mantener en cautiverio.