Los musgos son una parte muy importante de la vida vegetal del planeta. Fueron los primeros en colonizar el medio terrestre y, por ello, gracias a ellos luego pudieron aparecer y desarrollarse plantas más grandes y complejas.
Sin embargo, una de las especies de evolución más rápida jamás estudiada podría no estar evolucionando lo bastante rápido para sobrevivir al aumento de las temperaturas globales, y ese es el abuelo de todos los musgos conocido como Takakia lepidozioide.
Musgos con más de 165 millones de años
Los musgos suelen crecer en superficies como suelos, rocas y árboles, además de usarse para decorar espacios interiores y, sobre todo, exteriores. Algunos llevan 400 millones de años en la Tierra, y a pesar de su lucha, no les es fácil seguir viviendo aquí.
A finales del Mesozoico, cuando el Himalaya se empezó a elevar hacia las alturas, Takakia ya llevaba 100 millones de años encaramado a su superficie. Aquellos cambios obligaron a la planta a adaptarse, lo que explica en parte sus características especiales: no solo es un “fósil viviente” y el “abuelo” de todos los musgos, sino que desarrolló una capacidad extraordinaria para resistir cambios extremos de temperatura y grandes dosis de radiación ultravioleta. Pero puede que no sea suficiente para sobrevivir a la crisis climática.
De acuerdo a los investigadores, el análisis de sus genes indica que sus peculiaridades morfológicas probablemente empezaron a perfilarse hace más de 165 millones de años, que la adaptación a la radiación UV-B severa y la congelación probablemente evolucionaron a grandes altitudes y lo más interesante: pese a que la evolución de su genoma fue extraordinariamente rápida, de las más veloces que se han documentado, sus rasgos morfológicos apenas han cambiado.
Tomando en cuenta que estos musgos están cubiertas de nieve durante ocho meses y luego reciben radiación ultravioleta de alta intensidad durante cuatro meses.

Características imposibles del abuelo de los musgos
Takakia es única porque en el exterior tiene características de plantas terrestres anteriores, aparentemente sin cambios desde que se fosilizó:
- Sus hojas carecen de la parte superior e inferior distintivas que tienen las plantas en la actualidad.
- También carecen de estomas, la estructura de la hoja que la mayoría de las plantas usan para ‘respirar’.
- En el interior, los autores identificaron 121 genes que han evolucionado especialmente rápido desde entonces, algunos de los cuales lo ayudan a sobrevivir en un ambiente extremo.
- Las secuencias de genes contienen un alto número de mutaciones que conducen a nuevas variantes de proteínas, en relación con las mutaciones que no alteran la secuencia de proteínas. Eso es el doble de genes de rápida evolución que en otro musgo tibetano (Herbertus sendtenri).
Preocupaciones climáticas
Los investigadores también encontraron evidencia de que Takakia está en problemas. Durante la última década en la meseta tibetana, las poblaciones de musgos disminuyeron un 1.6 por ciento anual, más rápido que otros musgos locales.
La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica a T. ceratophylla como vulnerable a nivel mundial. Los organismos altamente especializados como Takakia, que han evolucionado para prosperar en nichos específicos, están preparados para sufrir más que otros organismos a medida que el cambio climático altera el hábitat, dice Reski. El declive de Takakia se correlaciona con un aumento de la temperatura de casi 0.5 °C por año entre 2010 y 2021.
Pero la temperatura podría no ser la única causa del declive de la planta, los briófitos son sensibles a otros cambios ambientales, como la calidad del aire y la humedad.